
La portavoz nacional del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Ana Pontón, ha osado calificar el estilo de gobernanza de Alfonso Rueda como un ejemplo de "ruedafeudalismo", un término que sugiere un modelo de autoridad obsoleto y distante de las necesidades de la ciudadanía gallega.
Durante su intervención en el Debate sobre el Estado de la Autonomía, Pontón no escatimó en críticas hacia el presidente de la Xunta, al que acusó de actuar "en contra de Galicia", asegurando que su gestión solo ha servido para beneficiar a intereses privados, en lugar de a la comunidad que debería representar.
Comenzando su discurso con una cita del difunto Papa Francisco, que abordaba el fracaso de la guerra como un reflejo de la política y la humanidad, la líder nacionalista quiso posicionar al BNG como un defensor de la paz y la soberanía de los pueblos, contrastando con las acciones del actual gobierno gallego.
Pontón subrayó que el aumento del gasto militar implica recortes en áreas fundamentales como la sanidad, la educación y las pensiones. En su discurso, rodeada de destacados alcaldes del BNG, apuntó a Rueda como "el presidente más antigallego y desleal de la historia", argumentando que su administración ha entregado Galicia a intereses corporativos a expensas del bienestar del territorio y su gente.
La situación actual es tan crítica que la portavoz cuestionó la efectividad de 16 años de gobernanza del Partido Popular en Galicia, instando a reflexionar sobre si la comunidad ha mejorado bajo su liderazgo. Según Pontón, las políticas del gobierno de Rueda favorecen a grandes multinacionales en detrimento del progreso social y económico gallego.
Como ejemplo de las decisiones perjudiciales de la Xunta, mencionó la mina de Doade, que planea extraer litio para baterías, mientras que las oportunidades de empleo se desplazan a otras regiones, dejando a Galicia con consecuencias desastrosas que incluyen exposición a la contaminación y el deterioro ambiental.
En su crítica, Pontón también aludió a la connivencia de Rueda con empresas amigas, sugiriendo que el presidente prioriza sus contactos y relaciones personales antes que los intereses de la ciudadanía, cuestionando así su idoneidad para liderar la comunidad.
Para contrarrestar las políticas de Rueda, Pontón propuso desactivar proyectos ambientales peligrosos y redirigir recursos económicos hacia la regeneración de espacios naturales, la promoción de pequeñas y medianas empresas (Pymes) y el fortalecimiento de sectores productivos sostenibles.
También puso énfasis en la necesidad de un cambio radical en el enfoque hacia los servicios públicos, especialmente en la sanidad. Abogó por un aumento en la inversión en atención primaria y salud mental como parte de un plan integral para revitalizar el sistema de salud gallego.
Por otra parte, la líder del BNG criticó el enfoque del Ejecutivo gallego en relación a las políticas sociales, acusándolo de hacer promesas vacías y de menoscabar el bienestar general en favor de un estado que parece más preocupado por la caridad que por el ejercicio de los derechos ciudadanos.
Respondiendo a las iniciativas de vivienda del gobierno, Pontón exigió a Rueda que actúe contra la precariedad habitacional al declarar zonas de tensión y movilizar viviendas vacías para su uso como alquiler social, buscando así un enfoque más humano en la política de vivienda.
Anclando su discurso en la defensa del idioma gallego, destacó que el respeto hacia la lengua de la comunidad no debería ser objeto de menosprecio, y propuso la pronta implementación de medidas que fomenten su uso y normalización.
Finalmente, Ana Pontón cerró su intervención subrayando la necesidad de un cambio de rumbo en la política gallega, abogando por un horizonte donde la confianza en la comunidad y la participación ciudadana sean las piedras angulares de una Galicia más justa y equitativa.
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