24h Galicia.

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Un fondo de inversión adquiere el control de Itínere y de las autopistas gallegas AP-9, AP-53, AG-57 y AG-55.

Un fondo de inversión adquiere el control de Itínere y de las autopistas gallegas AP-9, AP-53, AG-57 y AG-55.

En una decisión que marca un hito en el sector de la movilidad en España, Globalvia ha llegado a un acuerdo con el fondo APG, el proveedor de pensiones más grande de los Países Bajos, para vender toda su participación en Itínere y resolver los litigios pendientes relacionados con esta empresa.

Este acuerdo permitirá que el fondo neerlandés tenga el control exclusivo de importantes autopistas en Galicia, incluyendo la AP-9 (eje atlántico), AG-57 (Vigo-Baiona), AG-55 (A Coruña-Carballo) y AP-53 (Santiago-Dozón), así como la AP-66 en Asturias, la AP-8 en el País Vasco y la AP-15 en Navarra.

En un comunicado, Globalvia destacó que este acuerdo demuestra el compromiso de ambas compañías en resolver las disputas relacionadas con Itínere y poner fin a los desacuerdos que se han prolongado en el tiempo. Aunque no se reveló el monto económico de la transacción, fuentes cercanas a la empresa han confirmado que se trata de un acuerdo significativo en el sector.

Globalvia adquirió inicialmente una participación en Itínere en 2018 y aumentó su participación al 40% en 2019. Con esta transacción, APG pasará a controlar el 56% de Itínere a través de varias entidades, sumando además el 40% de Globalvia. Mediobanca ha asesorado a Globalvia en la operación, mientras que Jefferies ha representado a APG.

En los últimos años, Globalvia ha defendido su derecho a adquirir el 90% del capital de Itínere en varios procesos judiciales, argumentando que ciertas operaciones previas no se llevaron a cabo de manera legal. Uno de los puntos de conflicto fue la venta de la participación del 15,5% de Sacyr a Corsair, a pesar de un acuerdo previo con Globalvia, Kutxabank y Abanca para adquirir el 55% de la compañía.

APG y Corsair, a través de una sociedad vehicular, intercambiaron el 36% de Itínere basándose en un pacto de accionistas existente, evitando que Globalvia aumentara su control sobre la empresa. Esta transacción marca un nuevo capítulo en la evolución del sector de la movilidad en España y pone fin a años de disputas legales en torno a Itínere.