VIGO, 23 Oct.

La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha dictado una condena de ocho años de prisión para un abuelo que agredió sexualmente a su nieta de 11 años de edad.

Los hechos tuvieron lugar en el domicilio familiar y, como parte de la sentencia, el tribunal también ha inhabilitado al hombre para cualquier actividad que implique contacto regular y directo con menores, durante un periodo de tiempo cinco años superior a la duración de la pena de privación de libertad.

Además, se le ha ordenado que pague una indemnización de 6.000 euros a la víctima por el daño moral causado. Aunque inicialmente la Fiscalía solicitaba hasta 15 años de prisión, la Audiencia lo ha condenado a ocho años por un delito de agresión sexual.

Los hechos tuvieron lugar en 2019, cuando la menor estaba a punto de cumplir 11 años. En ese momento, el abuelo estaba viviendo temporalmente en la casa de su hija y coincidía ocasionalmente con su nieta, ya que esta vivía con su padre, quien tenía la custodia, y visitaba a su madre de forma periódica.

La agresión sexual ocurrió en la vivienda de la madre, donde el abuelo se encontraba viviendo después de separarse de su pareja. Según su declaración, el acusado dormía en el sofá y "nunca" iba a la habitación de la niña, excepto para recoger algunas de sus pertenencias que se encontraban en ese cuarto, o para cambiarse de ropa en ausencia de la menor.

Según detalla la sentencia, en julio de 2019, cuando la menor ya se encontraba en la cama lista para dormir, su abuelo entró en la habitación y le preguntó si podía acostarse con ella, "a lo que la niña no se negó, ya que pensaba que era para dormir".

"Una vez que el acusado se metió en la cama, y movido por un claro deseo lascivo, comenzó a tocar a la menor por todo su cuerpo, por encima del pijama", recoge la sentencia. La niña logró zafarse de él y se refugió en el baño.

Cuando salió del baño, el ahora condenado la estaba esperando y, poco después de que la víctima se subiera a la cama, él también se acostó con ella, bajándole los pantalones y comenzando a tocarla, "pero sin penetración". Al día siguiente, la madre de la menor echó al hombre de la casa al encontrarlo en la cama con la niña.