En una jornada marcada por intensos debates, el presidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, se encontró en el centro de la polémica al responder a las acusaciones de los líderes de la oposición. Durante el pleno del Parlamento de Galicia, Rueda acusó a los opositores de aprovecharse políticamente de la reciente denuncia de agresión sexual que involucra a Alfonso Villares, exconselleiro do Mar.

La portavoz del BNG, Ana Pontón, y el secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, no tardaron en criticar lo que consideran un “silencio indigno” de Rueda. Ambos líderes se mostraron consternados por la falta de respuesta del presidente ante un tema tan grave, considerándolo inapropiado para alguien en su posición.

El debate se convirtió en un choque frontal en el que se abordaron las implicaciones de la dimisión de Villares, así como las acusaciones de corrupción que han salpicado a figuras del PSOE, como el exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García. Rueda utilizó estos casos como munición para desviar las críticas, insistiendo en el deber de la oposición de centrarse en los problemas más relevantes en lugar de “sacar provecho” de situaciones delicadas.

Asimismo, el presidente gallego recordó la importancia de la presunción de inocencia, evocando su propio pasado político al mencionar la dimisión de Gómez Besteiro en 2016 tras ser imputado por diversos delitos que finalmente fueron archivados. Este intercambio refleja no solo la tensión política actual en Galicia, sino también la fragilidad de las instituciones cuando se enfrentan a acusaciones de este tipo.