
El calor extremo y la falta de lluvias han llevado a varios pueblos de la provincia de Pontevedra a tomar medidas urgentes en relación con el uso del agua. En una serie de bandos emitidos recientemente, se ha instado a la población a evitar el consumo excesivo de este recurso vital, especialmente en el contexto del incremento de turistas durante la temporada estival.
El municipio de Covelo se ha hecho notar con una prohibición específica que impide a los residentes utilizar el agua de las traídas municipales para llenar piscinas o regar sus espacios verdes. Aquellos que desafíen esta norma se enfrentarán a multas que oscilan entre 50 y 500 euros, además de la posibilidad de que se interrumpa su suministro de agua.
Covelo también ha establecido límites en el consumo diario de agua durante esta crisis, poniendo en marcha un control de los contadores para cada hogar. En caso de que se supere el máximo permitido, el Ayuntamiento no dudará en aplicar sanciones, lo que podría incluir cortes temporales de agua.
En la misma línea, el Ayuntamiento de Caldas de Reis ha hecho un llamado a la comunidad para que se abstenga de llenar piscinas y regar jardines con agua del grifo, subrayando la importancia de un uso eficiente del recurso. Esta medida busca prevenir la necesidad de cortes de suministro en el futuro cercano.
Por su parte, A Guarda también ha tomado cartas en el asunto, sugiriendo a sus ciudadanos que limiten el uso del agua exclusivamente a necesidades básicas como la higiene y la alimentación. Las autoridades han anunciado la implementación de controles sobre el consumo, con el fin de evitar la adopción de medidas más drásticas si la situación no mejora.
Hace unos días, otras localidades, como Pontevedra, ya habían comenzado a recomendar a sus habitantes ajustar su consumo de agua, debido a la preocupante bajada del caudal del río Lérez, un aviso claro de la emergencia hídrica que se vive en la región.
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