Monterroso celebra la cálida bienvenida a los migrantes: "Su deseo es ser escuchados"

En el municipio lucense de Monterroso, más de un centenar de migrantes provenientes de Canarias han sido recibidos con los brazos abiertos por los habitantes locales. Todos manifiestan su agradecimiento hacia un pueblo que les brinda "respeto" y "cariño" desde su llegada.

MONTERROSO (LUGO), 21 Sep.

Desde hace casi un mes, 126 migrantes huyendo de la guerra en Mali se han convertido en nuevos residentes de Monterroso. Los monterrosinos los han acogido con calidez y los consideran ya como parte de la comunidad, especialmente los jóvenes hombres que conforman la mayoría de este grupo.

Los testimonios de la población destacan la rápida integración de los migrantes en la vida diaria del pueblo. Milagros, quien trabaja en una panadería local, expresa que los nuevos vecinos se han adaptado en poco tiempo y ya forman parte del tejido social.

Julia, su compañera de trabajo, comparte la alegría de tener a estos jóvenes en Monterroso. Son descritos como personas encantadoras y cariñosas, que han conquistado el corazón de los lugareños. La comunicación es una barrera que están superando juntos, con esfuerzo y comprensión mutua.

La diversidad lingüística es parte de la vida cotidiana entre estos migrantes, con mayor dominio del francés y algunos solo hablan bambara, una de las lenguas oficiales de Mali. A pesar de las dificultades idiomáticas, todos comparten la voluntad de aprender y de encontrar un lugar en esta nueva comunidad.

Hajid, un joven de 20 años, destaca por su fluidez en español y su determinación por conseguir un trabajo que le permita apoyar a su familia en Mali. Su historia personal refleja las duras realidades de la guerra civil en su país, pero también su esperanza por un futuro mejor en Monterroso.

Los jóvenes migrantes participan activamente en la vida local, colaborando en tareas cotidianas y mostrando una actitud respetuosa y amable. La convivencia en el hotel que les alberga ha fortalecido los lazos con la comunidad, donde realizan talleres y comparten momentos de camaradería.

La gastronomía gallega ha sido una experiencia nueva para muchos de los migrantes, aunque algunos prefieren la comida de sus países de origen. Sin embargo, la adaptación es visible en sus comentarios y en su disposición por descubrir nuevas costumbres.

El apoyo del pueblo de Monterroso ha sido fundamental para la integración de estos migrantes, quienes continúan en búsqueda de oportunidades laborales y de un futuro estable en esta localidad. La solidaridad y el respeto mutuo son los pilares sobre los que se construye esta nueva convivencia, marcada por la diversidad y la inclusión.