Jóvenes santiaguinos se agrupan desde el amanecer por una vivienda: "El esfuerzo no garantiza nada".

La inmobiliaria Julio Gerpe enfrenta un notable incremento de su actividad, atendiendo a cerca de 200 personas diariamente debido a un auge en la búsqueda de vivienda.
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 3 de julio.
Desde las primeras horas de la mañana, en las calles de Santiago, se pueden observar largas filas de estudiantes que, desde las 4:00 a.m., esperan su oportunidad de alquilar un piso para el próximo curso escolar que comenzará en septiembre. A pesar de su esfuerzo y madrugones, muchos de ellos se quejan de que “ni aun desvelándose es posible encontrar una vivienda que cumpla con buenas condiciones y precios razonables”.
A apenas cinco minutos de la apertura de la inmobiliaria Julio Gerpe, reconocida en la ciudad, una multitud de más de cuarenta jóvenes aguarda ansiosamente para asegurarse un alquiler.
“Llegamos a la una de la mañana, pero no había nadie, así que decidimos descansar hasta las 4:00. Ya había otras parejas en la fila cuando volvimos, llevamos aquí seis horas”, relató un estudiante a Europa Press.
Los estudiantes citan “precios desorbitados, especialmente en el centro de la ciudad”, señalando que en zonas como el Ensanche, el costo de los alquileres puede ascender a “300 euros por persona”. Además, han coincidido en advertir sobre los deficiente estado de muchos de los apartamentos, que suelen sufrir de problemas de humedad. Esto no solo es una molestia, sino una “cuestión de salud” que muchos propietarios ignoran.
En un contexto donde los precios de la vivienda han ido en ascenso, un estudiante agregó: “Mi primer alquiler era en una buena ubicación y costaba 150 euros mensuales por persona, éramos cinco compartiendo. Este año, el precio subió considerablemente y la habitación tenía peores condiciones”.
Desde la administración de la inmobiliaria, se ha indicado a Europa Press que la demanda se ha disparado, forzando a los agentes a manejar un flujo constante de personas en busca de un lugar para vivir. Lo que solía ser un proceso de varios meses en el verano ahora tiene que resolverse en cuestión de días. Esta mayor necesidad no solo proviene de estudiantes, sino también de profesionales que llegan a la ciudad.
“La gente está ansiosa por asegurarse un lugar antes de regresar a sus hogares”, comentó uno de los directores de la inmobiliaria, agregando que antes era común que los interesados se organizaran con calma, pero ahora existe la presión de cerrar tratos antes de las vacaciones.
Sin embargo, esta situación plantea desafíos, ya que, aunque hay muchas propiedades disponibles, también existen un número significativo de inmuebles en condiciones lamentables que requieren limpieza y atención a problemas de humedad o condensación. “La gente quiere verlos, aunque no siempre estén en la mejor forma”, explicó el director.
Finalmente, se anticipa que “el caos” en el mercado de viviendas durará aproximadamente una semana, con una fase intensa de actividad durante los primeros días que luego debería ir disminuyendo, concluyó la dirección de la inmobiliaria.
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