La presidenta de Inditex, Marta Ortega, ha hecho un emotivo balance durante la reciente junta general de accionistas, destacando el legado de 50 años de la compañía. En un ambiente cargado de desafíos, ha subrayado la necesidad de mantener el espíritu de la empresa, que ha permanecido firme a lo largo de las décadas.

Durante su discurso en la sede central de Arteijo, Ortega expresó su orgullo por los hitos alcanzados desde la apertura de Zara, cuando se dio inicio a un sueño que ha transformado el panorama de la moda. “Este es un momento muy especial para nosotros y conlleva una gran responsabilidad”, afirmó en referencia al medio siglo de existencia de la firma.

Recordando los comienzos de Inditex, la presidenta habló sobre cómo Amancio Ortega y su equipo implementaron un enfoque innovador, poniendo siempre al cliente en el centro de la experiencia. “Aquella primera tienda no solo representó el inicio de una marca, sino de un concepto que refleja el deseo de entender a las personas”, agregó con evidente emoción.

Ortega también enfatizó que el camino recorrido ha estado marcado por el trabajo arduo y el aprendizaje colectivo, resaltando que, a pesar de los logros, lo fundamental son las personas que han estado involucradas en este viaje. La mirada hacia el futuro, según afirmó, no es solo hacia el crecimiento en términos de tamaño, sino en responsabilidad y relevancia social.

La presidenta de Inditex subrayó la importancia de mantener la esencia y valores que han resonado en la empresa desde sus inicios. Este compromiso con el talento humano y la diversidad se refleja en la plantilla multicultural de la compañía, compuesta por miembros de 170 nacionalidades.

“La verdadera esencia de Inditex son las personas que la conforman, aquellas que, bajo la dirección de Amancio Ortega, empezaron a escribir una historia que ni ellos mismos imaginaban”, añadió. Ortega cree firmemente que el futuro de la compañía está en la colaboración y unidad frente a los desafíos que puedan surgir.

En el cierre de su intervención, Marta Ortega se despidió con gratitud del vicepresidente José Arnau, quien terminó su etapa en el consejo de administración tras más de una década. Reconoció su valiosa contribución y expresó su esperanza de seguir contando con su apoyo en el futuro, cerrando su discurso con palabras de aprecio: “Esta siempre será tu casa, José”.