El TSXG ordena al Sergas indemnizar con más de 1,2 millones por no diagnosticar a tiempo una lesión medular en un niño que resultó parapléjico.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha emitido un fallo contundente que obliga al Servizo Galego de Saúde (Sergas) a indemnizar con más de 1,2 millones de euros, más intereses, a la familia de un niño de tan solo un año y medio que, tras un accidente, quedó parapléjico por la falta de diagnóstico adecuado de una grave lesión en su médula espinal.
Este veredicto, dictado el 30 de junio, ratifica la decisión del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Santiago de Compostela, que ya había encontrado culpable al Sergas en una sentencia de noviembre de 2024. La representación legal del menor corre a cargo del abogado Alfonso Iglesias, quien ha llevado este caso por la defensa de los derechos del niño y su familia.
De acuerdo con los detalles presentados en el fallo, el pequeño se encontraba jugando en un parque cercano a Vigo cuando sufrió una caída de 1,5 metros, lo que le ocasionó fracturas en tres vértebras y un hematoma epidural. Sin embargo, a pesar de sus evidentes lesiones, estos problemas pasaron desapercibidos durante dos hospitalizaciones en el Hospital Álvaro Cunqueiro, lo que llevó a una situación que, según el tribunal, era "previsible y evitable" si se hubiera seguido el protocolo médico adecuado.
En la primera atención médica, los profesionales no lograron identificar una microfractura crucial que resultó en el hematoma epidural. La falta de intervención oportuna y un tratamiento descompresivo tardío contribuyeron a la incapacidad del niño, causando un daño irreversible que podría haberse evitado. Posteriormente, el menor fue transferido al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde permaneció hasta principios de marzo del 2020.
A la hora de evaluar los recursos presentados por el Sergas y su aseguradora, los magistrados concordaron en que, si se hubieran detectado las lesiones durante la primera hospitalización, se habría requerido extender su estancia y realizar una resonancia magnética, en lugar de darle de alta prematuramente. Pocos días después, el niño regresó al hospital con síntomas que indicaban un posible compromiso neurológico, pero, sorprendentemente, no se le realizaron las pruebas diagnósticas necesarias.
Los jueces argumentan que, si se hubiese llevado a cabo la resonancia magnética y se hubiera extendido la hospitalización, el hematoma habría sido detectado a tiempo. En ese escenario, el pequeño habría recibido una intervención quirúrgica urgente y un tratamiento descompresivo que probablemente hubiera evitado el daño irreversible en su médula. Esta serie de errores se consideran una clara violación de los estándares médicos establecidos, conocidos como "lex artis".
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