Lugo advierte que retirará carteles no autorizados en su área sanitaria, tras completar acciones similares en San Cibrao.

LUGO, 1 de julio. En un giro que ha despertado la preocupación entre los profesionales de la salud, la dirección del Área Sanitaria de Lugo, A Mariña y Monforte de Lemos ha informado sobre una nueva política que restringe la colocación de carteles informativos en centros de salud. Esta decisión, conforme a las normativas del Servizo Galego de Saúde (Sergas), implica la retirada de cualquier anuncio que no haya recibido la aprobación previa de las autoridades pertinentes.
Según ha podido conocer Europa Press, esta medida ha sido comunicada a varios centros de salud en la región, incluyendo Foz, Viveiro, San Cibrao, Ribadeo, Burela y Alfoz, lo que sugiere un enfoque uniforme por parte de la gerencia. Desde el sindicato CIG-Saúde han denunciado esta circular, que consideran un intento de limitar la libertad de expresión en el ámbito sanitario.
El contexto de esta decisión se remonta a la colocación de una nota informativa en el centro de salud de San Cibrao. En este aviso se informaba que, a partir del 7 de julio, sólo una médica atendería a pacientes en dos ambulatorios, además de advertir que durante julio el servicio médico comenzaría a partir de las 10:20 horas. La gerencia, sin embargo, tomó medidas drásticas para eliminar este mensaje, instruyendo a la empresa de limpieza a retirarlo, aunque esta se negó y fue finalmente un empleado quien debió encargarse de la eliminación.
Ante esta situación, el área sanitaria ha emitido una directiva a otros ambulatorios de A Mariña, insistiendo en la estricta observancia de las normas del Sergas. La comunicación subraya que cualquier información que se desee diseminar requerirá la aprobación de las instancias gerenciales relevantes.
La CIG ha calificado este acto como un intento de silenciar las críticas hacia las políticas sanitarias implementadas por el Partido Popular, cuestionando la falta de respuesta de la gerencia a las necesidades de los profesionales de salud. En palabras del sindicato, la actuación del gerente Ramón Ares se percibe como un intento de instaurar una "censura sanitaria" para restringir la voz de quienes trabajan en el sistema de salud.
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