
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se ha visto envuelto en una acalorada confrontación verbal en el Parlamento de Galicia, en la que ha defendido su postura frente a las críticas de la oposición, tras el escándalo que rodea la dimisión del exconselleiro do Mar, Alfonso Villares, acusado de agresión sexual. En un pleno que prometía tratar otros temas, el debate se centró en este asunto en particular, lo que llevó a una intensa discusión entre los líderes de diversas fuerzas políticas y Rueda.
Desde el BNG, Ana Pontón no dudó en reprochar a Rueda su falta de respuesta ante las denuncias que comprometen la integridad moral de su gobierno. La portavoz nacional del BNG calificó su silencio como indicativo de su incapacidad para liderar de manera digna, argumentando que “está a la vista que el presidente es indigno de su cargo” por su actitud ante la grave denuncia que pesa sobre Villares.
Durante el debate, el secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, también hizo hincapié en la responsabilidad de Rueda. "Su silencio es ensordecedor”, dijo, subrayando que muchos en Galicia están esperando respuestas claras de un líder que parece más preocupado por salvaguardar su posición que por abordar las cuestiones que afectan a la ciudadanía.
Besteiro cuestionó el hecho de que Rueda no haya convocado una comparecencia pública para dar explicaciones, y en su lugar optara por esconderse tras un manto de silencio. Además, criticó la decisión del presidente de homenajear a Villares tres semanas después de su dimisión, señalando que dicha acción no solo es un error político, sino que revictimiza a la persona que ha denunciado la agresión.
Por su parte, Rueda, al sentir la presión de la oposición, no se quedó atrás en sus ataques. En un intento de desviar la atención, acusó a Besteiro de haber tenido su propio escándalo judicial en el pasado, sugiriendo que su crítica era hipócrita. Con referencias concretas a las imputaciones que recibió, Rueda intentó igualar las circunstancias, cuestionando la credibilidad de su oponente.
Sin embargo, tanto Pontón como Besteiro hicieron hincapié en que el foco debería estar en el bienestar de la víctima y en el impacto que estas acusaciones tienen sobre la confianza pública en el gobierno. En un momento crítico del debate, Pontón afirmó que mantener a un presunto agresor en el cargo durante tanto tiempo es un acto de encubrimiento, lo que, a su juicio, lleva a cuestionar la moral del presidente.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando Rueda intentó deslegitimar el enfoque de Pontón, enfatizando que la discusión debería ser sobre el respeto a la justicia y no sobre un espectáculo político. En esta retórica, hizo referencia a presuntos casos de corrupción de miembros del PSOE, tratando de desviar la atención de su propio manejo de la situación con Villares.
A pesar de los intentos de Rueda por defender su gestión, quedó claro que su administración está bajo un intenso escrutinio, y mientras la oposición continúa llamando la atención sobre la falta de respuestas, muchos en Galicia se preguntan si el liderazgo de Rueda puede sostenerse en medio de una crisis tan significativa.
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