La hormona IGF-2 podría ser un nuevo marcador para detectar la depresión, según investigación gallega.

Santiago de Compostela, 25 Oct. - Un reciente estudio realizado por el IDIS ha encontrado que la hormona del factor de crecimiento de la insulina IGF-2 podría ser utilizada como biomarcador en el diagnóstico de enfermedades como la depresión. Según indican en un comunicado, el objetivo es lograr un diagnóstico más preciso, ya que actualmente los trastornos psiquiátricos se evalúan en base a pruebas subjetivas que analizan los síntomas de los pacientes.
El trabajo realizado por el grupo de Investigación Traslacional en Enfermedades Neurológicas (ITEN) del IDIS revela por primera vez el posible papel del IGF-2 como biomarcador periférico en la depresión. Esto podría ayudar en la toma de decisiones clínicas y mejorar la respuesta al tratamiento antidepresivo, permitiendo así una medicina más personalizada y precisa.
Los investigadores también encontraron correlaciones entre los niveles de estas proteínas y el estado cognitivo y de memoria de los pacientes, lo que podría relacionar la depresión con la enfermedad de Alzheimer, ya que ambas comparten la alteración de la señalización IGF.
El estudio fue realizado por los investigadores Carlos Fernández y Roberto Agís del grupo ITEN del IDIS. Los resultados sugieren que las alteraciones en los niveles de la hormona IGF-2 podrían indicar la presencia de depresión. Además, después del tratamiento antidepresivo, se observó una reducción significativa en los niveles de esta hormona.
Además, se observó una reducción notable en las proteínas de unión IGFBP-3 e IGFBP-5 después del tratamiento, mientras que IGFBP-1 se mantuvo prácticamente sin cambios. Por otro lado, IGFBP-7 se mantuvo elevada después del tratamiento.
La investigación se centra en el IGF-2, que es una hormona similar a la insulina y desempeña un papel importante en el crecimiento fetal. Además, se ha descubierto que también está implicada en los trastornos psiquiátricos y en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Entre sus diversas funciones beneficiosas, el IGF-2 posiblemente actúa como potenciador de la memoria, mejora el estado cognitivo y actúa como protector del cerebro.
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