"La colaboración vecinal, esencial en la lucha contra incendios en Trives, Chandrexa y Montederramo: 'Protegemos nuestra comunidad'"

Una devastadora tragedia ha dejado una granja en cenizas, con la pérdida de dos vacas y dos perros de pastoreo en las laderas de Manzaneda. Este suceso ha resaltado la cruda realidad que enfrentan muchas comunidades en la provincia de Ourense, donde los incendios forestales continúan amenazando vidas y propiedades.
OURENSE, 13 Ago.
La solidaridad entre los vecinos se ha manifestado de manera heroica en un momento de crisis, logrando proteger sus hogares ante las llamas voraces que han llevado a la región a una situación de emergencia de nivel 2. La colaboración comunitaria se ha vuelto esencial frente a la devastación provocada por los incendios.
Roberto Fernández, un residente de la parroquia de Cova, visiblemente afectado, expresó su desgarro mientras visitaba la granja de su primo, David Núñez, después de la catástrofe. "Los vecinos salvamos el pueblo", declaró con lágrimas en los ojos, recordando la valentía y el esfuerzo colectivo que se realizaron en la madrugada de este miércoles.
David, por su parte, se encontraba en un estado de desesperación al ver su propiedad hecha cenizas, lamentando la pérdida de sus animales y los 6,000 euros que había invertido en insumos que ahora se han convertido en humo. "No queda nada, estaba lleno hasta el techo", se quejó con tristeza el joven granjero.
En medio de un paisaje marcado por columnas de humo y un viento feroz que extendía el fuego de manera alarmante, Roberto y su amigo Diego intentaron, sin éxito, apagar las llamas que amenazaban con consumir más terreno. "Por momentos ya no sabía si iba a poder salir", recordó Roberto sobre la angustiante experiencia.
Sin embargo, la valentía de los habitantes de la aldea de Parada Seca se hizo evidente cuando, al descubrir que las brigadas de bomberos no podían llegar, decidieron tomar la situación en sus manos. Olga Núñez, su marido y su nieta, Alba Rodríguez, se armaron de mangueras para intentar sofocar el fuego que casi llega a su puerta.
“Mi abuelo, que es un héroe, salió y yo lo seguí, con miedo y con mascarillas, tratando de luchar contra el fuego”, contó Alba, reflejando el espíritu de lucha de los vecinos que han decidido no rendirse ante la adversidad.
Gracias a sus esfuerzos, las llamas fueron contenidas sin que se registraran heridos, aunque la inquietud siembra en cada hogar la esperanza de que la noche no traiga más sorpresas desagradables.
No obstante, la tragedia no se detuvo ahí; una familia en la aldea se vio obligada a abandonar su hogar a toda prisa, mientras su casa vacacional se consumía en las llamas. “Una chica dijo que todo iba a estar bien y que nos avisarían con tiempo, pero ni nos desalojaron ni nos avisaron a tiempo”, comentó Alba, expresando la frustración que muchos comparten.
En un escenario similar, en Celeiros, las autoridades comenzaron el traslado de ancianos de una residencia de mayores a instalaciones más seguras, mientras aumentaba la presión sobre la gestión de la crisis que enfrentaban las áreas afectadas.
A pesar del desalojo de más de 20 personas en Trives, María Josefa Fernández y su familia decidieron quedarse a combatir las llamas, convirtiéndose en los únicos en resistir en su aldea. "No dejaremos que todo lo que hay aquí se queme", afirmó el joven José Luís con determinación.
La solidaridad fue palpable, con más de veinte residentes de aldeas cercanas uniendo fuerzas para frenar el avance del fuego desde la tarde del martes, mientras intentaban salvar lo que podían. “Decidimos que no nos íbamos", insistió María Josefa, enérgicamente afirmando su decisión de luchar por su hogar.
Los evacuados finalmente pudieron regresar esta mañana, tras una breve pausa obligada por las autoridades, quienes habían estado trabajando incansablemente para salvaguardar a la población.
En el pueblo de Pena Petada, María Dolores Suárez revivió momentos de angustia mientras recogía pertenencias bajo la presión del inminente peligro, recordando la cercanía de las llamas y el humo. “Fue un momento aterrador, porque pensábamos que íbamos a perderlo todo”, relató con nostalgia.
El alcalde de Montederramo, Óscar Diéguez, destacó la importancia de la cooperación comunitaria en la contención de las llamas, que amenazaron varios núcleos de población en su municipio. "Los vecinos se movilizaron de forma voluntaria, demostrando el poder de la solidaridad frente a la adversidad”, puntualizó.
A medida que transcurría el día, un grupo de vecinos continuaba vigilante, listos para actuar ante cualquier brote que pudiera surgir de las cenizas. “Esto podría revivir en cualquier momento”, advirtió Diego Leboreiro, reflejando la preocupación que persiste entre los habitantes de la zona.
El alcalde también hizo hincapié en que, afortunadamente, el abedular cercanísimo no había sido afectado hasta el momento, pero la ansiedad de que una nueva ola de incendios pudiera amenazar sus hogares sigue latente. La comunidad se mantiene en alerta, unida en su lucha contra el fuego que no respeta límites ni vidas.
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