
Los peregrinos que recorren el Camino de Santiago enfrentan una serie de desafíos inimaginables debido a los devastadores incendios forestales que arrasan Galicia, dejando un rastro de humo y preocupación sobre la duración de su estancia y su regreso a casa.
Desde Santiago de Compostela, el 19 de agosto, la situación se vuelve cada vez más grave. En muchas partes de Galicia, más de 70.000 hectáreas han sido consumidas por el fuego, especialmente en la provincia de Ourense, lo que ha dejado a los peregrinos lidiando con una atmósfera cargada de cenizas y humo.
“Al principio pensamos que era niebla, pero rápidamente nos dimos cuenta de que era el humo de los incendios”, relató Endika Sarralde, un peregrino de Bilbao, quien experimentó una escasez de aire mientras caminaba en la Praza do Obradoiro. “Estaba respirando como si estuviera cerca de una parrillada. Era agotador, incluso sin ver las llamas a nuestro alrededor”, añadió.
El peregrino, que inició su viaje en Ponferrada, destacó que al llegar a Portomarín, los agentes de la Guardia Civil recomendaron el uso de mascarillas para mitigar el impacto del humo.
En Melide, otro caminante compartió su experiencia al despertar con dificultades para respirar, a lo que añadió: “Aunque la experiencia es maravillosa, el ambiente es preocupante”.
Más testimonios se suman a esta inquietud, como el de Ana y Marcela, dos amigas brasileñas que partieron de Sarria. Ambas están ansiosas por regresar a Brasil el 22 de agosto, pero la suspensión del servicio ferroviario entre Madrid y Galicia, que ya lleva seis días, pone su viaje en un estado de incertidumbre.
Las preocupaciones sobre los incendios no son solo personales; muchos peregrinos han expresado su solidaridad con las víctimas de estos desastres, lamentando no solo lo que ocurre en Galicia, sino también en otras regiones afectadas.
“Lo más importante es el bienestar del país. Es desolador ver las áreas devastadas y los animales desplazándose”, comentó Gina, una peregrina mexicana que llegó a O Cebreiro, manifestando su compasión por la situación.
Quien también se sumó a estas reflexiones fue João, un brasileño que recorrió el Camino en bicicleta y narró las dificultades que enfrentaron durante su trayecto, incluyendo un rescate para cruzar áreas bloqueadas por incendios.
La historia de los peregrinos no se detiene ahí; otros viajeros como Sofía, de Menorca, y Mateusz, de Polonia, también se encontraron en situaciones complicadas debido al cierre de rutas, lo que obligó a muchos a buscar alternativas de transporte para continuar con su travesía.
La calidad del aire en la zona se ha convertido en un tema de preocupación. Sofía mencionó que varios peregrinos se sentían alarmados por la mala calidad del aire, lo que hizo que algunos decidieran no continuar caminando por el Camino.
Los sitios de hospedaje que suelen estar repletos de visitantes durante esta época han empezado a resentir el impacto de los incendios. Casa Campelo, una casa rural de O Cebreiro, ha recibido numerosas solicitudes de información. Aunque la región no es de las más afectadas, no han registrado cancelaciones.
No obstante, la situación es diferente para Diego Doval, gerente de Casa Antón. A pesar de que la situación ha mejorado en los últimos días, ha sufrido varias cancelaciones debido a la desinformación. “Es triste ver cómo la falta de información concreta está afectando a los negocios locales”, expresó.
Diego subrayó la necesidad de comunicar información precisa y actualizada sobre los incendios, no solo para tranquilizar a los visitantes, sino también para apoyar a los empresarios que dependen del turismo.
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