El PPdeG se consolida en lo local al superar en alcaldías a todos los demás partidos, debilitando a los independientes.

El Partido Popular de Galicia (PPdeG) ha centrado su atención en las diputaciones de Lugo y A Coruña, donde ha consolidado su dominio desde las elecciones municipales de mayo de 2023. A lo largo de este período, se ha convertido en el partido con mayor número de alcaldías, superando a todos los demás grupos políticos en la comunidad autónoma.
Desde la constitución de las nuevas corporaciones municipales en junio de 2023, el PP ha tomado las riendas de un total de 158 gobiernos locales, lo que representa más de la mitad de los 313 municipios gallegos. Este crecimiento ha sido notable, con una treintena de cambios en las alcaldías, incluyendo relevos múltiples en algunas localidades, que acercan el total a 40.
De las 17 circunstancias en las que se han producido cambios de partido, 12 se han originado por mociones de censura, impulsadas por un nuevo marco legislativo que favorece la intervención de tránsfugas. El resto se ha debido a diversas razones, como acuerdos específicos entre partidos. Este entorno ha beneficiado en gran medida al PP, que, aunque ha perdido tres alcaldías a manos del PSOE, ha logrado un saldo positivo en términos de nuevos gobiernos.
Entre los ejemplos recientes destaca el municipio de O Valadouro, donde una alcaldesa renunció de manera sorpresiva, alegando la pérdida de confianza en sus socios de gobierno, lo que permitió al PP asumir el control del ayuntamiento. Asimismo, un acuerdo alcanzado con el alcalde de Sarria, anteriormente del PSOE, ha llevado a este último a dejar su cargo tras la firma de un pacto de inversiones en la localidad.
En el contexto de la lucha por la Diputación de Lugo y su presidencia actual, el PP está intensificando sus movimientos estratégicos. Esto incluye gestos que podrían alteran la dinámica política en la provincia, como la reciente asistencia de un alcalde independiente a una reunión del PP provincial, lo que sugiere posibles alianzas futuras.
Por otro lado, en Meaño, los populares también han recuperado el control de la alcaldía, sumando más victorias a su lista en el ámbito municipal. Con este avance, el panorama actual muestra al PP liderando más de la mitad de las alcaldías, mientras que el PSOE se sitúa cerca de un centenar y el BNG cuenta con aproximadamente 35, tras cambios significativos en diversas localidades.
El descontento por parte de varios partidos adversarios hacia las tácticas del PP ha aumentado, acusándolos de seguir políticas poco transparentes para llegar al poder local. Sin embargo, el PP argumenta que su objetivo es salvaguardar los intereses generales, en particular en aquellos municipios donde, pese a haber obtenido más votos, han visto cómo otros partidos se coaligaban en formación de “pactos de perdedores”.
Con 191 victorias en las urnas, el PP lamenta no haber podido gobernar en muchos de esos municipios, lo que, según sus dirigentes, ha tenido repercusiones significativas en la calidad del gobierno. Santiago de Compostela se presenta como un caso emblemático de esta problemática, donde la fragmentación local ha resultado en una inestabilidad inherente.
Mientras tanto, los diferentes partidos en Galicia están en un proceso de renovación interna, buscando fortalecer sus estructuras y plantear relevos para los regidores que llevan años en sus puestos. Recientemente, Evencio Ferrero se despidió de su puesto en Carballo después de 22 años, siendo sucedido por Daniel Pérez, en un movimiento que refleja las tensiones y cambios que caracterizan la actual escena política gallega.
Además, el histórico alcalde de O Barco de Valdeorras, Alfredo García, ha dejado su puesto tras casi tres décadas de servicio, dando paso a Aurentino Alonso, lo que marca un cambio generacional en la política local de la provincia de Ourense.
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