
En una importante operación realizada en Santiago de Compostela, la Unidad de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de A Coruña ha iniciado una investigación que pone al descubierto un caso escalofriante de maltrato animal en el que se encuentran involucradas cuatro personas. Estas están siendo acusadas de organizar peleas ilegales de gallos, una práctica que, a pesar de estar prohibida, aún persiste en la clandestinidad.
La operación, denominada con el nombre de "Lecoq", se activó cuando los agentes del Puesto Principal de Carballo recibieron informes sobre un posible evento ilícito relacionado con peleas de gallos. Rápidamente, informaron a sus compañeros del Seprona, cuya especialización en la protección del medio ambiente y bienestar animal lo convierte en el organismo adecuado para llevar a cabo la acción.
Al llegar al lugar señalado, los guardias encontraron un galpón donde se escuchaban los inquietantes cacareos de los gallos. Con la cooperación de la dueña del terreno, comenzaron a inspeccionar las instalaciones y rápidamente se dieron cuenta de que se trataba de un establecimiento dedicado a la cría y entrenamiento de aves para peleas. Los gallos de raza combatiente, exhibían evidentes signos de haber sido preparados para la lucha, incluyendo espolones afilados y envueltos en esparadrapo para minimizar autolesiones.
Los animales se encontraban confinados en condiciones deplorables: en jaulas individuales, recintos cercados y hasta en transportines, reflejando la violencia que se les había inducido. Espeluznantemente, estos gallos habían sufrido mutilaciones severas, tales como la amputación de la cresta y la barbilla, además de tratamientos que incluían el limado de espolones y la depilación de plumas, todo evidenciado como modificación anatómica a un costo altísimo para su bienestar.
La investigación también reveló la existencia de un ring de lona, estuche con espolones artificiales para implantar en los gallos, herramientas típicas para la preparación de los combates como tijeras y jeringuillas, además de un ambiente que delataba la actividad ilegal: un terreno desgastado por el uso constante y residuos de bebidas cercanos, lo que sugiere que el lugar era frecuentado para estos eventos sangrientos.
La Guardia Civil no solo ha procedido a la identificación y detención de los cuatro implicados en este alarmante caso de maltrato, sino que también ha intervenido en la incautación de 17 gallos machos y dos hembras, junto con todo el material encontrado en el lugar. Los animales recuperados recibirán atención en un centro de recuperación de fauna gestionado por la Xunta de Galicia, donde podrán comenzar su proceso de rehabilitación y reintegración.
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