Barbón y Rueda fortalecen su alianza en financiación regional, aunque chocan sobre la reducción de deudas.

Los presidentes de Asturias y Galicia, Adrián Barbón y Alfonso Rueda, respectivamente, han puesto de manifiesto sus posturas divergentes sobre temas de vivienda en el pasado encuentro del Eo, llevado a cabo en Oviedo. Aunque han reforzado su colaboración en cuestiones de financiación autonómica, la administración de la vivienda se presenta como un punto de desacuerdo clave.
Este encuentro, que ya cumple su séptima edición y que se celebra por primer vez en la capital asturiana, tiene como objetivo fomentar la unión entre ambas autonomías en temas de vital importancia. Durante más de dos horas de debate, ambos líderes han abordado una variedad de problemáticas, tales como la dependencia, la financiación y la revitalización de su economía y demografía.
El diálogo ha resaltado la posición conjunta de ocho comunidades, que abogan por una reforma en el sistema de financiación que refleje no solo el número de habitantes, sino también los costos reales de los servicios públicos. Sin embargo, la discusión se torna más compleja al debatir sobre la posible condonación de la deuda autonómica, donde las visiones de Barbón y Rueda divergen notablemente.
Barbón ha expresado su disposición a aceptar la quita de la deuda de 1.508 millones de euros que enfrenta Asturias, mientras que Rueda ha condicionado su apoyo a la implementación de una reforma integral del sistema de financiación. El presidente gallego ha indicado que el actual enfoque del Gobierno central evita una discusión más amplia sobre cómo financiar adecuadamente a las comunidades autónomas.
Rueda ha planteado que la condonación de la deuda podría desviar recursos esenciales, alegando que aceptar la quita implicaría renunciar a conseguir financiación adecuada. A su juicio, el Estado asumiría los costos de la deuda, dejando menos recursos disponibles, lo que podría perjudicar aún más a las comunidades autónomas.
Por su parte, Barbón ha manifestado su desacuerdo con la conflación de temas que hace Rueda, recordando que, tras la decisión sobre la quita, Asturias ya se sentía mayormente satisfecha porque esta medida permitiría al Principado volver a niveles de deuda anteriores a la crisis de 2011.
En lo que respecta a la vivienda, ambos presidentes han comunicado las iniciativas que están implementando. Barbón ha anunciado un incremento del 60% en el presupuesto de vivienda pública para 2025, que permitirá construir aproximadamente mil casas. Rueda, por su parte, ha prometido la construcción de 4.000 viviendas en cuatro años, a través de una nueva empresa pública y la colaboración con el sector privado.
Pese a sus esfuerzos, los presidentes no se han puesto de acuerdo en la efectividad de la declaración de zonas tensionadas en el mercado de la vivienda. Mientras Barbón la ve como una herramienta clave para frenar el alza de precios y la proliferación de alojamientos turísticos, Rueda ha manifestado sus reservas sobre la medida, aunque ha afirmado que la cumplirá.
También han discutido el programa 'Alquilámoste' de Barbón, que busca incentivar a los propietarios a alquilar viviendas a precios accesibles. Rueda, en cambio, ha sugerido que un sistema de desalojo más ágil para inquilinos morosos sería más beneficioso que cubrir los impagos, restando eficacia al sistema de vivienda pública.
Ambos han coincidido en la urgencia de aumentar recursos en el área de dependencia, dado el envejecimiento de la población en ambas comunidades. Discutieron, además, los desafíos demográficos y el regreso de emigrantes, así como los programas dirigidos a promover la natalidad, siendo conscientes de que estas medidas son solo una parte de la solución integral para el problema del descenso en la natalidad.
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