
VIGO, 16 de septiembre. La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha decidido llevar a cabo el juicio contra un individuo acusado de la violación y el robo de una mujer en Vigo, en 2013, bajo un estricto protocolo de puertas cerradas. Esta medida se ha tomado en respuesta a la conducta violenta y amenazante del acusado, quien, al inicio de la sesión, comenzó a vociferar y a proferir insultos, exigió la exclusión de la prensa del recinto.
Los inconvenientes surgieron tan pronto como los representantes de los medios de comunicación entraron en la sala. Siguiendo las indicaciones de la magistrada, los fotógrafos se disponían a capturar imágenes desde el fondo de la sala, fuera del alcance del acusado, quien enfrenta casi 17 años de prisión. Sin embargo, su reacción fue de agresividad, comenzando a lanzar obscenidades sin control.
Al ser cuestionado por la presidenta del tribunal sobre su malestar, el acusado, que había llegado desde la prisión de A Lama custodiado por dos agentes de la Policía Nacional, sin estar esposado, respondió a gritos: "Sí, tengo un problema: no quiero fotos, no quiero que se publique nada. ¡Que se vayan!".
A pesar de que la magistrada recordara que los juicios son asuntos públicos y que no se le tomarían fotos sin su consentimiento, el procesado continuó gritando y golpeó con fuerza uno de los asientos a su alcance.
En un arrebato de furia, se levantó abruptamente de su asiento y se dirigió a los reporteros de manera amenazante, diciendo: "¿Qué estás grabando? ¡Voy a romperte la cámara, que te den!".
Los agentes de seguridad tuvieron que intervenir para controlar al hombre, quien, en un ataque de ira, se aproximó de manera amenazante a los medios. Tras apartarlo y tratar de calmar la situación, la jueza optó por suspender temporalmente la audiencia. Finalmente, el tribunal acordó continuar la vista, pero bajo la medida de puertas cerradas, nuevamente por motivos de orden público.
Los hechos que dieron origen a este juicio se remontan a 2013, cuando una mujer de 51 años, trabajadora de la limpieza en el antiguo Hospital Xeral, fue abordada a altas horas de la madrugada mientras se dirigía a una parada de autobús. El acusado se acercó a ella pidiéndole un cigarrillo y, en un giro violento, la amenazó con un objeto punzante, robándole 15 euros en efectivo.
Posteriormente, la condujo a un lugar más aislado, donde, con la intención de vulnerar su libertad sexual, la empujó contra un vehículo, y después de someterla a varias agresiones, acabó robándole una cadena de oro, un anillo y un reloj antes de huir del lugar.
Como consecuencia de esta violación y robo, la víctima ha sufrido un grave daño psicológico, incluyendo un trastorno de estrés postraumático que le ha llevado a vivir en una residencia por su estado de salud deteriorado. Un informe psiquiátrico concluye que su condición cognitiva se ha vuelto severa y persistente, lo que impide que pueda testificar en el juicio.
La Fiscalía ha solicitado penas de 12 años por la violación y 4 años y 9 meses por el robo con violencia, además de una compensación civil a la víctima por un total de aproximadamente 96,600 euros en concepto de daños psíquicos y morales. Por su parte, la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, también reclama casi 17 años de prisión, mientras que la defensa ha solicitado que se declare la absolución del acusado.
La detención del acusado, que tuvo lugar casi una década después de los delitos cometidos, se produjo tras la aparición de su ADN en una prenda relacionada con un robo en el que fue implicado posteriormente, permitiendo así identificarlo como el autor de los hechos ocurridos en 2013.
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