
El presidente del comité de Alcoa, José Antonio Zan, ha emitido un contundente mensaje en el contexto de la creciente tensión laboral: "No vamos a doblar, si no es por las buenas, es por las malas". Estas palabras resonaron con fuerza en la movilización que tuvo lugar en Ribadeo, Lugo, donde cientos de trabajadores de la planta de San Cibrao se hicieron escuchar el pasado sábado.
La mañana de este evento se vio marcada por una manifestación en la que los empleados denunciaban el incumplimiento de un acuerdo de viabilidad por parte de la empresa. A las 11:30 horas, los trabajadores se concentraron en la estación de autobuses de Ribadeo antes de marchar hacia la autovía A-8, que conecta Galicia con Asturias. Portando vallas, bengalas y petardos, llevaron a cabo un corte temporal de la vía, interrumpiendo el tránsito vehicular en un acto de protesta contundente.
La movilización tuvo lugar bajo la atenta mirada de efectivos de la Guardia Civil, quienes se encargaron de prevenir la quema de neumáticos que estaba prevista por los manifestantes. A pesar de las restricciones, el ambiente estuvo cargado de energía, con cánticos que resonaban en defensa de los derechos laborales: "A Mariña está en loita", "A solución: a intervención" y "Sen industria non hai futuro".
Los trabajadores, que llevaban muñecos que representaban al presidente del Gobierno y al líder de la Xunta, lanzaron gritos de protesta contra ambas administraciones. Zan y sus compañeros han advertido que no cesarán en sus movilizaciones, planeando nuevas acciones en localidades como Xove en las próximas semanas.
En el centro de esta lucha se encuentra la exigencia de reactivar la mesa de seguimiento del acuerdo que regula la planta, un efector que se volvió crucial tras el incumplimiento del plazo de reunión estipulado para este último trimestre del año.
Todo esto ocurre en un contexto complicado, tras un principio de acuerdo alcanzado entre Alcoa e Ignis Eqt, en el que se contempla la inversión de 25 millones en el complejo de San Cibrao. Este acuerdo supone que la multinacional estadounidense aportaría un total de 75 millones para un conjunto de inversiones que bordean los 100 millones. Sin embargo, los trabajadores manifiestan su descontento con el proceso.
En una reunión bilateral celebrada el 6 de noviembre, la negociación reveló un compromiso por parte de Alcoa de aportar 100 millones adicionales, que contribuirían a estabilizar el flujo de caja. No obstante, el comité enfatiza que aún están por garantizase aspectos cruciales como la continuidad de la producción en la refinería y el arranque del 75% de las cubas para 2025. Así, el futuro de la planta pende de un hilo, y los trabajadores están decididos a luchar por el cumplimiento de sus derechos y la defensa de su fuente de empleo.
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