El pasado 14 de septiembre, Santiago de Compostela se convirtió en el escenario de una gran manifestación en la que la portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Ana Pontón, exigió la renuncia del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, calificado como el principal responsable de la devastadora ola de incendios forestales que afectó a Galicia durante el mes de agosto. Pontónliche definió la actuación del Gobierno como una muestra de "negligencia e incompetencia" preocupante.

Durante la manifestación bajo el lema 'Lumes nunca máis', la líder política manifestó la profunda indignación de la sociedad gallega, que se niega a aceptar la repetición de tragedias ambientales que, según ella, ocurren cada año sin que se adopten las medidas necesarias para prevenirlas.

Pontón enfatizó que las consecuencias de estos incendios trascienden lo ambiental, afectando también el ámbito social y económico de la comunidad. Afirmó que estos hechos no son simplemente desastres naturales, sino que poseen responsables políticos que deben rendir cuentas, principalmente el Gobierno del Partido Popular.

La dirigente del BNG criticó las políticas implementadas en los últimos años, las cuales, a su juicio, han llevado al abandono del medio rural y han convertido los montes en auténticos polvorines. "No han aprendido nada a lo largo de estos años", lamentó, dirigiendo sus dardos contra la gestión del actual presidente autonómico.

En sus declaraciones, Pontón acusó a Rueda de actuar en contra de lo que se requiere para defender a la población y el medio natural, una postura que justifica su pedido de dimisión, que ya había expresado en el Parlamento gallego. A su juicio, la fallida gestión de la crisis por parte del Gobierno se traduce en una clara falta de competencia.

La portavoz del BNG también criticó la postura del Ejecutivo de Rueda, quien aseguró que no cambiarían nada en sus políticas, lo que ella calificó de "absolutamente temerario". Esta actitud, según Pontón, evidencia la carencia de una verdadera política forestal capaz de enfrentar los desafíos actuales.

En este sentido, hizo hincapié en la urgencia de un cambio de enfoque en la gestión del monte gallego, apostando por un modelo que no solo sea funcional, sino que también busque reducir el impacto de las especies más propensas a provocar incendios. "Es posible hacerlo. La clave reside en la voluntad política", concluyó, instando a adoptar medidas efectivas para proteger el entorno natural de Galicia.