
VIGO, 7 de abril. En un conmovedor juicio que tiene lugar estos días en la Audiencia Provincial de Pontevedra, un hombre enfrenta graves acusaciones de agresión sexual reiterada contra un menor, que es el hijo de su expareja. Enfrentándose a una posible pena de 14 años de prisión, la situación del acusado se complica considerablemente debido a la declaración impactante de uno de los testigos, quien ha revelado que él también fue víctima de abusos por parte del mismo hombre en su infancia.
Durante las sesiones del juicio, que se están llevando a cabo a puerta cerrada, la víctima principal ha tenido la valiente oportunidad de hablar, mientras que el acusado presentará su versión en el último día de la vista. Un momento clave en el proceso se produjo cuando el hermano de la víctima, aún en su adolescencia en el momento de los hechos, confesó que había sufrido abusos similares por parte del acusado, quien en aquel entonces mantenía una relación con su madre.
Con una voz temblorosa pero decidida, el joven testigo explicó ante el tribunal que durante su infancia, entre los 12 y 14 años, experimentó tocamientos inapropiados y fue sometido a intentos de masturbación bajo el pretexto de verificar la existencia de fimosis. "Decidí esperar hasta este juicio para contarlo. Es la primera vez que lo digo", expresó, lamentándose de no haber denunciado los hechos en su momento.
En un giro emocional, el testigo también admitió que, al enterarse de que su hermano había decidido hacer la denuncia años más tarde, intentó persuadirlo en contra de ello, preocupándose por el posible "daño" que esto podría infligir a la familia. "Quería proteger a mi madre... Pero me arrepiento, debí haber estado a su lado desde el principio", añadió con sinceridad.
Tanto el hermano de la víctima como su madre han detallado ante el tribunal que el acusado era un individuo con un temperamento extremadamente violento, que el maltrato psicológico era habitual en su hogar, y que tenía problemas significativos relacionados con las drogas y la adicción sexual.
De acuerdo con la Fiscalía, los hechos que están siendo juzgados ocurrieron entre 2010 y 2022, cuando la víctima no superaba los 16 años. El Ministerio Público ha solicitado una pena de 14 años de prisión por un delito de agresión sexual continuada contra un menor, destacando la relación de superioridad y parentesco que existía entre el acusado y la víctima.
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