García-Ávila (PSOE) asume la alcaldía de Viana do Bolo y se compromete a un gobierno basado en el diálogo.

OURENSE, 5 de septiembre. Germán Garcia-Ávila Arias asume el cargo de alcalde de Viana do Bolo tras una significativa moción de censura que destituyó al popular Andrés Montesinos. Esta moción, impulsada conjuntamente por el PSdeG y el BNG, establece un acuerdo de gobernanza rotativa entre ambas fuerzas políticas, resaltando la intención de fomentar un ambiente de colaboración y apertura hacia las ideas de la ciudadanía.
En una ceremonia de toma de posesión que mostró un gran respaldo de la comunidad y una notable presencia de miembros del PSdeG de la región, García-Ávila, visiblemente emocionado, afirmó que "no existe mayor honor que ser alcalde de Viana", marcando un nuevo capítulo en la política local.
La moción, que logró el respaldo de seis concejales —tres del PSdeG y tres del BNG— frente a cinco votos en contra del partido popular, pone de manifiesto el debilitado estado de la alcaldía anterior desde el inicio de la legislatura. Es importante recordar que Montesinos había accedido al cargo en 2022 mediante una moción de censura y continuó por un revalidado apoyo en las elecciones, pero la falta de un pacto sólido con el PSOE y el BNG había mantenido al PP en condiciones de debilidad.
En su discurso tras asumir el cargo, García-Ávila expresó que "lo que temo no es el poder, sino el silencio del pueblo". El nuevo alcalde se comprometió a que tanto el PSdeG como el BNG "no harán promesas vacías" y que se enfocarán en "pequeños pasos, pero firmemente hacia adelante".
Aunque reconociendo las limitaciones de tiempo que tiene, señaló su compromiso por mantener la limpieza de la localidad y atender las demandas ciudadanas. "Viana es el lugar más hermoso de Ourense, y haremos todo lo posible para que nuestras calles reflejen su belleza natural", afirmó con entusiasmo.
García-Ávila, haciendo hincapié en la importancia del diálogo, instó a todos los grupos políticos a no renunciar a sus diferencias y a colaborar en el desarrollo de iniciativas que beneficien a toda la comunidad. "Mantendré las puertas abiertas a los ciudadanos y a la oposición, esperando propuestas que alcancen cada rincón de nuestro pueblo", añadió. También expresó su intención de buscar el apoyo de todas las administraciones con "humildad" y confía en que sean escuchados "por lealtad institucional".
El nuevo alcalde considera este evento como uno de los "momentos más democráticos" en la política local, agradeciendo el esfuerzo de los militantes socialistas y el trabajo realizado por el BNG.
La sesión extraordinaria se desarrolló de manera puntual, con un salón repleto de vecinos, algunos apoyando al anterior alcalde y otros celebrando el cambio de liderazgo en la municipalidad. Durante la misma, se leyó la moción que denunciaba las "carencias" en la gestión de Montesinos, resaltando la "falta de transparencia" y la incapacidad para cumplir con las obligaciones fundamentales del gobierno municipal.
Ambas fuerzas políticas coincidieron en criticar la gestión del PP, describiéndola como "sectaria" e "incompetente", destacando el "caos presupuestario" y la crisis de los servicios públicos, como el Servicio de Ayuda en el Hogar (SAF). A su vez, se resaltó la "irresponsabilidad económica" del antiguo gobierno que priorizaba el gasto en cosas superfluas mientras ignoraba un alarmante declive demográfico que requería políticas revitalizadoras.
El nacionalista Secundino Fernández subrayó que "Viana clamaba por un cambio en la dirección de su gobierno" y enfatizó la importancia de trabajar en conjunto, superando intereses individuales en beneficio del futuro de la localidad.
Fernández también criticó la gestión del PP, que en el último año, mostró un claro "descontrol" y "negligencia". Subrayó que los ciudadanos no merecían un gobierno que actuara de esa manera.
Por su parte, Montesinos acusó a la oposición de estar más preocupada por participar en partidos políticos que por la situación real de los ciudadanos durante tiempos difíciles. Reconociendo su administración, resaltó que el PP siempre estaba listo para enfrentar el juicio de las urnas en el futuro.
En respuesta a las críticas, García-Ávila defendió que se había hecho lo posible en los momentos críticos y que no se debía usar este tipo de tragedias para hacer rédito político. Abogó por un enfoque colectivo en la búsqueda de soluciones y por dejar atrás la retórica divisiva.
Finalmente, en un emotivo cierre de la sesión, García-Ávila pidió a Montesinos que fuera él quien le entregara el bastón de mando, simbolizando no simplemente un cambio de autoridades, sino un compromiso firme por fomentar el diálogo y la colaboración en la política local.
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