En un trágico caso que ha conmovido a la comunidad, la Policía de Indonesia ha revelado que el cuerpo de Matilde Muñoz, una española de 72 años desaparecida en Lombok desde el 2 de julio, fue objeto de múltiples traslados por parte de sus presuntos asesinos, quienes supuestamente son dos empleados del hotel donde se alojaba. Este siniestro acontecimiento ha emergido tras el hallazgo de sus restos en una playa local a finales de agosto, según informan diversos medios locales.

Durante la investigación en curso, se ha confirmado que la autopsia ya ha sido llevada a cabo por los forenses del Hospital Bhayangkara Mataram. Esta información fue compartida por el jefe de la Unidad de Investigación Criminal de la Policía de Lombok Occidental, según lo reportado por el diario 'Kompas'. Los resultados de esta autopsia se esperan con gran expectativa por parte de la familia de la víctima y la comunidad internacional.

Las indagaciones iniciales sugieren que el crimen se perpetró en el mismo hotel donde la víctima se hospedaba. Después de su muerte, los sospechosos ocultaron el cuerpo en la sala de generadores del establecimiento durante varios días. Posteriormente, en un intento por evadir la acción de la justicia, trasladaron los restos a un área trasera del hotel, donde permanecieron hasta que finalmente fueron llevados a un terreno vacío en un esfuerzo por dificultar la investigación policial.

Finalmente, los presuntos culpables decidieron ocultar el cuerpo en una playa cercana a su lugar de residencia, donde fueron hallados los restos de Matilde en agosto. La familia de la mujer, originaria de Galicia y residente en Baleares, había perdido el contacto con ella a principios de julio, lo que generó una creciente preocupación y sospechas sobre su bienestar.

La última vez que fue vista, Muñoz se encontraba cerca del hotel Bumi Aditya, donde había reservado una estancia de 20 noches. Ignacio Vilariño, portavoz de la familia, informó que, algunos días después de su desaparición, se recibió un mensaje inquietante desde su teléfono, que contenía numerosas faltas de ortografía, inusuales para su estilo habitual. Este mensaje advertía sobre un supuesto viaje a Laos, un hecho que nunca se concretó y que la familia considera que fue una táctica para desviar la atención y crear confusión.

Fue a raíz de este suceso que la familia comenzó a contemplar la posibilidad de que Matilde había sido víctima de un crimen, desatando así una cadena de eventos que han llevado a la comunidad a exigir justicia y claridad en la investigación de este doloroso suceso.