Este martes fue ingresado en la prisión madrileña de Soto del Real el expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa-Faro, quien cumplirá seis años tras haber sido condenado por un delito continuado de falsedad en las cuentas anuales de la compañía y por un delito también continuado de falsedad de información económica y financiera. La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo rechazó aclarar la sentencia contra el empresario dictada por esa misma sala el pasado 10 de febrero, concediéndole diez días para ingresar de forma voluntaria en prisión.

De Sousa agotó el plazo y entró en la cárcel de Soto del Real. En un primer momento, la Audiencia Nacional lo había condenado a ocho años de cárcel. Sin embargo, el Supremo rebajó su pena en dos años al absolverle de los delitos de estafa, falsedad documental y aplicar una atenuante por dilaciones indebidas, confirmando el resto de la condena por manipular las cuentas para captar inversores.

El fallo de la Audiencia Nacional describe prácticas irregulares llevadas a cabo por la antigua cúpula de Pescanova, liderada por el empresario con la colaboración de los responsables de los departamentos más relevantes. Tras la crisis financiera que estalló en 2008, el presidente de la firma gallega y un grupo de personas de su confianza planearon obtener financiación a través de una serie de mecanismos o prácticas irregulares.

Una vez conseguida, se llevaron a cabo manipulaciones en las cuentas anuales u otros documentos oficiales que reflejaban la situación financiera de la empresa "para conseguir unos resultados positivos que no se correspondían con la situación real y, que, tras ser oficialmente publicados, permitían captar nuevos inversores y desplazar a la financiación bancaria y sus excesivas comisiones".