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Entrenador de fútbol podría enfrentar 13 años de prisión por presuntos abusos a juvenil en Vigo.

Entrenador de fútbol podría enfrentar 13 años de prisión por presuntos abusos a juvenil en Vigo.

VIGO, 2 de abril. Una conocida figura del fútbol femenino enfrenta serias acusaciones que podrían llevarlo a pasar hasta 13 años detrás de las rejas. Se le imputan dos delitos continuados de abuso sexual a una menor de edad a la que entrenaba, uno de los cuales ocurrió cuando la víctima aún era una adolescente de 16 años, y el otro ya con 18. El juicio se está llevando a cabo en la Audiencia Provincial de Pontevedra, en su sede de Vigo.

La Fiscalía ha considerado que los abusos se produjeron entre 2015 y 2022, lo que ha llevado a la solicitud de 13 años de prisión, además de un periodo de 13 años de libertad vigilada. Asimismo, el ministerio público exige que el acusado sea inhabilitado para desempeñar cualquier actividad que implique contacto con menores durante dos décadas.

Adicionalmente, se ha pedido que se le imponga una restricción de acercamiento a la víctima y a establecer comunicación durante los siguientes 10 años, y que deba indemnizarla con la suma de 20.000 euros por los daños morales causados.

En la jornada del juicio de este miércoles, la víctima, junto a sus padres y la esposa del acusado, declararon a puerta cerrada. El propio acusado ha solicitado que su declaración tenga lugar al final de las sesiones, programada para este jueves.

Los padres de la joven han señalado que su hija comenzó a mostrar comportamientos preocupantes, como el aislamiento social y la falta de apetito, a la edad de 12 o 13 años, coincidiendo con el inicio del entrenamiento bajo la tutela del acusado.

Ambos progenitores afirmaron que el procesado tenía una relación de cercanía tanto con su hija como con sus amigas, e incluso con las familias de estas. Relataron que frecuentemente se ofrecía a llevarlas y traerlas de los partidos y entrenamientos, además de invitarlas al cine o a nadar en su casa.

Curiosamente, los padres nunca sospecharon la existencia de abusos, y el acusado incluso se ofreció a brindarles apoyo en momentos complicados, aconsejándolos sobre el extraño comportamiento de la menor.

La madre compartió que, cuando su hija comenzó a cambiar drásticamente, la familia atravesó por un verdadero "infierno", ya que la joven no compartía lo que ocurría y optaba por mantenerse enclaustrada, incluso llegando a tener pensamientos suicidas. “Se me estaba muriendo, no sabíamos qué le pasaba”, lamentó, y añadió que, tras el momento en que su hija finalmente se atrevió a hablar sobre su situación, decidieron presentar una denuncia en la Comisaría, lo que desató un nuevo calvario.

En otro aspecto del caso, la esposa del acusado, de quien está en proceso de separación, corroboró que la víctima se comunicó con ella en diversas ocasiones, confirmando la existencia de una relación con su marido y expresando su deseo de que se separaran.