Emociones a flor de piel en el emotivo reencuentro de más de 100 niños con sus familias en Manzaneda.

La inquietante situación provocada por los incendios forestales en Galicia ha llevado al director de Turismo a visitar la estación de Manzaneda, donde se registraron importantes daños por las llamas.
OURENSE, 13 de agosto.
Un emotivo reencuentro tuvo lugar este miércoles en el Parque Acuático de Monterrei, donde más de un centenar de niños y niñas fueron recibidos por sus familias después de una noche de angustia en el campamento de Manzaneda, debido a un incendio en el municipio de Chandrexa. Los abrazos y las lágrimas reflejaron la mezcla de alivio y preocupación por los momentos vividos, según compartieron monitores y campistas.
Los cuatro autobuses que transportaban a 86 niños de los campamentos organizados por la Xunta de Galicia y a 45 participantes del campamento Os Ventos de A Coruña llegaron a Monterrei alrededor de las 11:50 horas. La directora general de Juventud de la Xunta, Lara Meneses, destacó que este grupo se encontraba en el lugar justo un día antes de lo previsto, tras una experiencia que los monitores describieron como "impactante".
La llegada de los pequeños, emocionados y aliviados, fue un momento tenso para los padres que aguardaban ansiosos. Muchos expresaron su impotencia ante la situación y la incertidumbre que vivieron en casa, destacando el miedo que experimentaron al no tener información precisa sobre sus hijos.
Entre risas nerviosas y relatos de valentía, algunos campistas compartieron que, a pesar del terror inicial, la vivencia se había transformado en una aventura memorable. "Nos dio mucho miedo, pero también hubo momentos de alegría", relató Carlota, de 12 años, quien recordó cómo los monitores intentaron mantener el ánimo entre los niños en medio del caos.
Una de las monitoras de Os Ventos comentó que los niños se asustaron al ver el humo, pero que no comprendieron completamente la gravedad de la situación hasta mucho después. "Durante el incendio, la mayoría de los chavales se mantuvieron ocupados y apenas se enteraron", comentó.
El relato de Carlota continuó describiendo la inquietud durante la noche, donde se despertaba cada pocas horas, ansiosa por lo que podría suceder. Su amiga Alba también expresó sus miedos, recordando que incluso los ruidos externos la hacían temer lo peor. A pesar de todo, agradecieron a los organizadores por mantenerlos seguros y cómodos.
Los monitores, que también enfrentaron el miedo, manifestaron su frustración ante la repetición de incendios en la región. "Es algo común, pero este fuego fue diferente, más intenso", comentaron con evidente preocupación.
Manuel Rodríguez, director general de defensa del monte, explicó que el fuego que alcanzó la estación era el mismo que había comenzado a finales de julio, y no estaba relacionado directamente con el incendio de Chandrexa. Las condiciones climáticas adversas, con humedad baja y vientos fuertes, reavivaron un foco de fuego que ya había estado controlado durante días.
Por precaución, el Centro de Coordinación Provincial (CECOP) decidió confinar a los niños en Manzaneda para evitar una evacuación arriesgada hacia rutas potencialmente ocupadas por llamas. Se implementaron medidas de seguridad, incluyendo el uso de contrafuegos para salvaguardar la estación y los campistas.
A medida que la tarde avanzaba, las familias recibieron noticias sobre la situación del incendio, donde se les aseguró que se mantenía un perímetro de seguridad. "Nos informaron que lo mejor era no acercarse y que los niños permanecieran donde estaban seguros", relató uno de los padres que esperaba ansiosamente.
Los campistas fueron trasladados en un primer momento a un campo de fútbol cercano, pero ante la amenaza creciente de las llamas, se optó por mantener el confinamiento en el albergue. "Estábamos listos para ir a Manzaneda, pero decidimos quedarnos en Ourense debido a las circunstancias", comentó una madre que se acercó al lugar.
La comunicación constante entre las autoridades y las familias fue crucial. Lara Meneses destacó el esfuerzo por mantener a los padres informados durante la noche a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas, asegurando que todo estaba controlado.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, destacó que se había realizado un gran esfuerzo para establecer el perímetro de seguridad, a pesar de que el clima generó inquietud entre los padres que deseaban recoger a sus hijos antes de lo planeado.
La conselleira de Medio Rural, María José Gómez, también se hizo presente en el lugar, insistiendo en que se había tomado la decisión correcta de mantener a los campistas a salvo dentro de la estación y alabando el comportamiento de todos los involucrados durante la crisis.
Los niños permanecieron en el Parque Acuático de Monterrei hasta las 20:00 horas de este miércoles, momento en que las familias comenzaron a recoger a sus hijos. En caso de que alguna familia no pudiera acercarse, la Xunta ofreció la opción de que los niños se quedaran una noche más en la Residencia Juvenil de Ourense.
Finalmente, los 45 menores del campamento municipal de A Coruña también regresarán a casa. La alcaldesa, Inés Rey, expresó su apoyo a los afectados por los incendios y anunció que unidades bomberiles de su localidad están trabajando para controlar la situación en Verín.
Por su parte, el director de Turismo de Galicia, Xosé Merelles, inspeccionó los daños en la estación, confirmando que, aunque hubo daños significativos, estas no eran tan graves como se temía inicialmente. Asumiendo que la estación permanecerá cerrada durante el fin de semana, se trabaja en agilizar las reparaciones necesarias para reiniciar la actividad de los campamentos lo antes posible.
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