En un caso que ha conmocionado a la comunidad de O Sar, un empresario de la hostelería ha sido sentenciado a 23 años y medio de prisión por haber agredido sexualmente a dos de sus empleadas de manera continua entre 2014 y 2020. El tribunal también ha ordenado que compense a ambas mujeres con una suma total de 47.246,51 euros.

La decisión de la Audiencia Provincial de A Coruña, dictada el 19 de marzo y que puede ser apelada ante el Tribunal Supremo, revela cómo el propietario de varios bares aprovechó su posición de poder para perpetuar estos actos. El acusado utilizaba el contexto laboral para quedar a solas con las víctimas, ignorando sus constantes intentos de rechazar sus avances.

Los jueces destacaron que el hombre abusó de su "posición de superioridad", ya que las empleadas temían por la estabilidad de sus trabajos, lo que hacía que se sintieran obligadas a tolerar situaciones de acoso. Tanto la víctima como su compañera trabajaron para él y su esposa durante varios años en diversos roles dentro de sus comercios.

Los hechos, que tuvieron lugar en distintos entornos, incluyendo las instalaciones del acusado y su vehículo, llevaron a las mujeres a padecer trastornos por estrés postraumático, según los diagnósticos médicos que llevaron a cabo especialistas en salud mental.

La sentencia se fundamenta en las declaraciones de ambas víctimas, que fueron consideradas "sinceras y creíbles" por el tribunal. Se corroboró que las afectadas sufrían un conjunto de síntomas consistentes con lo que se podría esperar tras experiencias tan traumáticas.

Finalmente, el veredicto del tribunal incluyó la condena por dos delitos de agresión sexual continuada, con penas de 12 años y 11 años y medio respectivamente. Además de la larga condena de prisión, el condenado estará sujeto a medidas de libertad vigilada y tendrá la prohibición de acercarse o comunicarse con las víctimas a una distancia mínima de 300 metros, evidenciando la gravedad y la naturaleza de sus acciones.