BNG y PSOE utilizan a Jácome y Baltar para presionar a Rueda por su "silencio cómplice" en vez de ejercer de "juez".

Santiago de Compostela, 10 May. - El ambiente preelectoral y las polémicas protagonizadas por el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome y el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, han sido los temas principales de la última sesión de control al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda en el Parlamento de Galicia, antes de las elecciones municipales del 28 de mayo.
En este contexto, tanto Ana Pontón, líder del BNG, como Luis Álvarez, portavoz parlamentario del PSdeG, han intentado acorralar a Rueda, presentándolo como "cómplice" del "esperpento" y de la "degeneración democrática" que se produce en Ourense y reivindicándose como alternativa.
Rueda ha optado por el ataque para defenderse y ha criticado el "electoralismo" del PSdeG y ha rechazado una "regeneración democrática" que pase por hacer "juicios paralelos" y "sentenciar" al margen de lo que dictamina la justicia. También ha afeado al BNG su postura sobre la guerra de Ucrania.
En su debate con Álvarez, Rueda no mencionó a Manuel Baltar en ningún momento, lo que ha provocado críticas de la oposición por su "silencio" y "falta de autoridad" en el partido, que por el momento no ha avanzado medidas disciplinarias contra el dirigente ourensano.
Mientras tanto, los dirigentes de la oposición han criticado el modelo de política local del PP que define como "todo por el poder sin importar nada".
Rueda ha respondido responsabilizando al PSOE por "no aceptar" un pacto para que gobierne el más votado y "frustrar" una moción de censura contra Jácome en la última etapa. Pontón también ha cuestionado el pacto de 2019 para garantizar "la poltrona de Baltar" y su "silencio" después de que Baltar fuese pillado al volante de un coche oficial a 215 kilómetros por hora.
Enfrente, Rueda ha rechazado la concepción de la regeneración democrática de Pontón que, según él, consiste solo en lo que le parece bien al BNG y en sentenciar sin ser juez. Ha asegurado que el PP siempre acata lo que dice la Justicia, que le importa mucho más que lo que digan "los sentenciadores" nacionalistas.
En conclusión, la sesión de control al presidente de la Xunta estuvo marcada por un ambiente preelectoral y las polémicas que rodean a los líderes del PP en Ourense, lo que provocó que los dirigentes de la oposición cuestionaran el modelo de política local del PP y que Rueda se defendiera de las acusaciones.
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