El reciente rumbo tomado por el Partido Socialista de Galicia (PSdeG) ha sido objeto de análisis por parte de su secretario xeral, José Ramón Gómez Besteiro. En declaraciones realizadas en Santiago de Compostela, Besteiro ha contextualizado la suspensión de Gonzalo Muíños, ex portavoz municipal del grupo socialista en la ciudad, como un mero capítulo dentro del desarrollo orgánico de un partido político. Su enfoque parece centrarse en la necesidad de trabajar por el bienestar de la ciudad.

Este 18 de enero, durante una entrevista con Europa Press, tras su reelección como secretario xeral, Besteiro subrayó la importancia de que los miembros del partido respeten el código ético y las normas establecidas al aceptar un cargo público. Si bien asegura que respeta las decisiones de la dirección federal, refrenda su postura de no entrar en la valoración del caso específico.

La determinación de suspender a Muíños, quien deberá apartarse de la militancia y de su cargo público por un periodo de 18 meses, responde a un total de diez violaciones de las normativas internas del partido, que han sido clasificadas como infracciones graves o muy graves, generando lo que el partido considera una “indisciplina reiterada”.

En su discurso, el líder socialista se centró en los “deberes” inherentes al ser miembro de la agrupación y remarcó la rica historia del PSOE en Santiago, asegurando que el compromiso con la ciudad se mantiene firme y que sus esfuerzos se orientan a recuperar el protagonismo perdido en la política local. Las palabras de Besteiro apuntan a una clara convocatoria a la reconstrucción del papel del partido en la capital gallega.

Cualquiera que sea la polémica, tanto el ex alcalde socialista, Xosé Sánchez Bugallo, como el actual regidor de Ames, Blas García, han expresado su respaldo a Muíños, sugiriendo que la decisión tomada podría agudizar los conflictos internos. Sin embargo, Besteiro se mantiene firme en que como secretario xeral no está dispuesto a juzgar la decisión disciplinaria y enfatiza la necesidad de poner el foco en la colaboración para transformar la ciudad de manera positiva.

“Un expediente disciplinario no implica un quiebre de la paz interna”, afirmó el secretario xeral, asegurando que el régimen disciplinario existe para salvaguardar la integridad del partido. Esta afirmación busca disipar temores sobre la resolución de conflictos al interior del PSOE, señalando que hay más elementos en juego que van más allá de la controversia actual.

Además, a la hora de evaluar la posible mejora en las relaciones entre el partido y el grupo municipal tras el cambio en la portavocía, Besteiro expresó que el diálogo debe ser la norma a seguir en la relación entre ambos. Según su perspectiva, el entendimiento debe ser natural y fluido, dado que este tipo de conexiones se producen en todas las agrupaciones, incluidas las más de 300 que componen el PSOE en Galicia.