24h Galicia.

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Urgentes necesidades en Ourense: agua en botella, protección del ganado y recuperación de viviendas.

Urgentes necesidades en Ourense: agua en botella, protección del ganado y recuperación de viviendas.

Una devastadora oleada de incendios ha consumido vastas áreas de terreno agrícola en Ourense, dejando a su paso castaños, viñas, olivos y colmenas en ruinas. La comunidad rural, que depende de estos cultivos para su sustento, se enfrenta a una crisis sin precedentes.

En medio de esta calamidad, los líderes locales están convocando a la Xunta para abordar la situación, con la celebración de un Consello extraordinario esta semana centrado en las ayudas para los damnificados. Las demandas son múltiples e inmediatas: desde la reparación de viviendas hasta la entrega de agua embotellada y cerramientos para proteger ganado.

Por su parte, el Consejo de Ministros también se prepara para reconocer oficialmente las áreas devastadas como zonas de emergencia, lo cual podría abrir la puerta a un amplio espectro de ayudas gubernamentales.

En Monterrei, el alcalde José Luis Suárez ha subrayado que su prioridad es la recuperación de las cinco residencias que fueron consumidas por las llamas. Asegura que estas viviendas eran parte esencial de la vida cotidiana de sus residentes, y menciona también la pérdida de vehículos y la destrucción de árboles centenarios que sostenían la economía local.

En Larouco, la alcaldesa Patricia Lamela ha coincidido en que la vivienda es una de las principales preocupaciones, destacando que en su municipio se perdieron tres hogares en Seadur. También ha mencionado la angustia de los viticultores y productores de aceite, que ven peligrar sus cosechas.

La situación es igualmente alarmante en Vilamartín de Valdeorras, donde el alcalde Enrique Barreiro ha expresado su profunda preocupación por el sector vitivinícola y los castaños, que han sufrido un golpe devastador al acercarse la época de vendimia.

Barreiro ha indicado que su administración está centrada en la limpieza y recolección de escombros con la colaboración de fuerzas militares locales, priorizando la restauración y el apoyo a las necesidades básicas de los afectados.

En la comarca de Viana, se están organizando reuniones entre los ayuntamientos para implementar medidas que eviten que desastres como este se repitan en el futuro. El alcalde Néstor Ogando ha hecho un llamado urgente a la acción para salvar lo que queda de la comunidad rural, advirtiendo que la situación es crítica.

El sector apícola también ha enfrentado daños severos, con pérdidas significativas de colmenas, muchas de las cuales han sido reducidas a cenizas. Mel Aialma ha denunciado la pérdida de 150 colmenas en Laza, adelantando que las que no han sido afectadas por el fuego podrían estar próximas a sucumbir debido a los efectos del humo.

La Consellería do Medio Rural ha anunciado que permitirá a los apicultores acceder gratuitamente a tierras del Banco de Tierras para resguardar sus colmenas mientras trabajan en la recuperación de sus actividades.

En A Rúa, la problemáticas del agua es alarmante. La alcaldesa María González está coordinando la distribución de agua embotellada entre los vecinos, mientras se instalan fuentes en distintos puntos para garantizar el acceso a agua potable. Explica que se realizarán análisis de calidad del agua una vez que las condiciones lo permitan, reiterando la gravedad de la situación.

Los alcaldes de O Barco de Valdeorras y Verín también han solicitado acciones inmediatas para reparar infraestructuras afectadas, incluyendo redes de electricidad y suministros de agua, evidenciando una falta de preparación ante este tipo de desastres recurrentes.

Los ganaderos, por su parte, enfrentan un futuro incierto y piden medidas para poder alimentar a su ganado mientras se sopesa la burocracia de las ayudas necesarias. La preocupación se extiende a las infraestructuras que han sido destruidas, que necesitan ser reparadas para garantizar la sostenibilidad de la actividad agrícola.

En Chandrexa de Queixa, la corporación municipal ha decidido unirse a otros ayuntamientos para solicitar que su área sea declarada como zona catastrófica, con la esperanza de obtener el apoyo necesario para mitigar la crisis actual. Los afectados miran al gobierno central en busca de soluciones que les permitan reconstruir sus vidas y medios de subsistencia.