Una joven víctima de abusos sufrió múltiples vejaciones y fue sometida a "prácticas sádicas" por más de cuatro años, aprovechándose de su vulnerabilidad.
OURENSE, 19 Jul.
La Audiencia Provincial de Ourense ha dictado una condena de 13 años y medio de prisión para un profesor que abusó sexualmente y violó repetidamente a una alumna desde que tenía 12 años hasta los 16. Este individuo se puso en contacto con ella a través de redes sociales y se aprovechó de su situación de vulnerabilidad familiar.
El hombre, de 45 años, sometió a la víctima a numerosos abusos, violaciones y prácticas sádicas, llegando incluso a propinarle una paliza y abandonarla en el monte.
De acuerdo con la sentencia, el acusado, quien fue profesor de la joven desde la Educación Infantil hasta la Primaria, se comunicó con ella por redes sociales cuando ella estaba en sexto grado, ocultando su verdadera identidad y apariencia.
Según lo declarado por los jueces, se inició una relación virtual entre ambos donde el acusado se presentaba como un apoyo emocional para la joven, intentando ayudarla con sus problemas y solicitándole fotos y videos. Esta situación comenzó cuando la niña tenía entre 11 y 12 años, siendo motivada en gran parte por su vulnerabilidad familiar.
Después de que la víctima insistiera en conocer su identidad, el condenado le pidió encontrarse en el aula de música, revelándose entonces su verdadera identidad. A partir de ese momento, se reunieron en varias ocasiones en el colegio, donde el acusado realizó actos sexuales con la menor y la golpeó como parte de sus prácticas sádicas.
De acuerdo con los hechos probados en la sentencia, el profesor abusó de la joven en tres ocasiones fuera del centro escolar, llegando incluso a esconderla en el maletero de su coche para mantenerla escondida. En una de esas ocasiones, le propinó una paliza en un monte y la abandonó allí.
Ante este último episodio, la joven decidió bloquear al acusado en las redes sociales y denunciar los hechos a las autoridades.
La sentencia destaca que el profesor sabía la edad y la fragilidad emocional de la víctima, aprovechándose de su situación vulnerable y ejerciendo un poder de superioridad sobre ella.
Además de la pena de prisión, se le ha inhabilitado durante más de 20 años para ejercer cualquier profesión que implique contacto con menores, se le impuso libertad vigilada y una indemnización económica para la víctima. La justicia ha sido firme en este caso de abuso y violencia.
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