24h Galicia.

24h Galicia.

Ovejas y robots: Una alianza sostenible para combatir las malas hierbas.

Ovejas y robots: Una alianza sostenible para combatir las malas hierbas.

En un innovador proyecto que se desarrolla en Quiroga, Lugo, se están explorando alternativas sostenibles en la agricultura, específicamente centradas en la viticultura y la olivicultura. Esta iniciativa tiene como protagonistas a un grupo de investigadores del Grupo Operativo AGRI-ROVENAT, respaldados por la Fundación General CSIC, quienes están implementando métodos que buscan reducir la dependencia de herbicidas y del trabajo manual en el cuidado de estos cultivos.

El ensayo, llevado a cabo en las fincas de la empresa Ouro de Quiroga, dedicada a la producción de vino y la conservación de variedades autóctonas de aceituna, ha puesto sobre la mesa dos estrategias vanguardistas. Por un lado, se está probando la instalación de ovejas que han sido entrenadas para rechazar estos cultivos mediante un proceso llamado aversión inducida. Por otro lado, se está utilizando un robot segador controlado a distancia, un avance tecnológico que promete optimizar el cuidado de las tierras de cultivo.

La finalidad de esta investigación es clara: encontrar métodos más económicos y respetuosos con el medio ambiente en comparación con la aplicación de herbicidas y la laboriosa tarea de desbroce manual. Según Carmen Martínez, directora del Grupo Viticultura, Olivo y Rosa (VIOR) de la Misión Biológica de Galicia-CSIC, la competencia entre la vegetación silvestre y los cultivos es un fenómeno crítico que se intensifica entre abril y agosto, cuando el crecimiento vegetal alcanza su máximo.

Este esfuerzo se orienta a crear prácticas sostenibles que no solo permitan mantener la calidad de los cultivos, sino que también protejan el entorno natural y la biodiversidad asociada a estas tierras. Martínez ha enfatizado que no se busca que las técnicas sean complementarias, sino comprobar cuál de ellas resulta más efectiva y rentable. En este sentido, se apuntan a posibles combinaciones en el futuro dependiendo de los resultados observados.

El desarrollo de esta investigación se extenderá hasta 2027, y se complementa con un estudio similar en Asturias, donde se evalúa el cultivo de variedades tradicionales de rosa para la industria del perfume. Aunque los resultados iniciales de Quiroga son prometedores, los verdaderos hallazgos se esperan a medida que la investigación avance a lo largo de este año.

Julio Quiroga, copropietario de Ouro, ha resaltado el potencial que ofrece este tipo de iniciativas, especialmente ante la escasez de mano de obra. La posibilidad de utilizar el ganado para el mantenimiento de parcelas que, de otro modo, quedarían desatendidas es una solución viable. Además, el uso de ovejas podría proporcionar productos lácteos, lo que añade un valor extra a esta práctica innovadora.

En cuanto al método de aversión, se alimenta a las ovejas con hojas del cultivo y luego se les administra cloruro de litio, generando un rechazo al tipo de planta. Martínez explica que este enfoque ha sido probado con éxito en vid y olivo, y ahora se está explorando su viabilidad en el cultivo de rosa por primera vez. Esta técnica ha sido desarrollada por un equipo liderado por la doctora Elena Albanell de la Universidad Autónoma de Barcelona y cuenta con un respaldo científico sólido.

El desafío de controlar las malas hierbas en los cultivos es significativo, y si esta estrategia con ovejas resulta efectiva, ofrecería una solución ecológica y sostenible. Como menciona Martínez, el estiércol de estos animales, rico en potasio, también puede beneficiar la cosecha, favoreciendo el crecimiento y maduración de los frutos.

En una futura fase del proyecto, se pretende evaluar la calidad de la leche que producen las ovejas involucradas, análisis que estará a cargo de Luis H. Noriega, investigador del Instituto de Productos Lácteos de Asturias-CSIC. Se realizarán análisis exhaustivos para asegurar que la leche obtenida es apta para la fabricación de productos lácteos.

Por otro lado, los robots segadores, operados mediante control remoto, requieren que el operador no se encuentre a más de 200 metros del dispositivo. Matías Búa, comercial de Millasur, explica que es fundamental mantener visualidad sobre la máquina para garantizar su correcto funcionamiento, especialmente en terrenos difíciles.

Este avance tecnológico no solo ofrece una solución eficiente para el manejo de cultivos en pendientes pronunciadas, sino que también contribuye a mejorar la seguridad laboral en el sector agrícola. La utilización de estos robots en terrenos con inclinaciones de hasta el 55% permite aumentar la productividad y reducir los riesgos asociados al trabajo manual, marcando un paso adelante hacia un futuro más sostenible en la agricultura.