Inician campaña de recaudación para impugnar parque eólico que abastecería a Alcoa en A Fonsagrada y Os Ancares.

En un momento en que la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente son temas candentes, la asociación ecologista Adega ha decidido alzar la voz y activar un mecanismo de defensa frente a la instalación del polígono eólico 'Restelo'. Esta ambiciosa iniciativa se desarrollará en las comarcas de Os Ancares y A Fonsagrada, en Santiago de Compostela, y Adega está recurriendo a la solidaridad de la ciudadanía para recaudar los fondos necesarios para llevar su lucha al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
La organización ha establecido una meta de 6.800 euros, cuya recaudación será destinada a cubrir los gastos judiciales que conlleva la presentación de recursos. Esto incluye un recurso de alzada ante el organismo pertinente y un recurso contencioso-administrativo en el TSXG, que se articulará en respuesta a las autorizaciones administrativas previas y de construcción que se han otorgado a este controversial proyecto. Además, se requiere financiación para la elaboración de un informe técnico ambiental y para solicitar la paralización cautelar de las obras en cuestión.
El proyecto 'Restelo' contempla la instalación de seis aerogeneradores de impacto, que alcanzarían hasta 200 metros de altura, distribuidos en localidades como Navia de Suarna, Baleira, Becerreá y A Fonsagrada, todas en la provincia de Lugo. Este proyecto ha sido promovido por Greenalia Wind Power, y su energía se destinaría al complejo industrial de Alcoa San Cibrao, lo que lo convierte en un punto neurálgico de discusión entre desarrollo industrial y conservación ambiental.
Desde Adega alertan que el proyecto podría ser un nuevo ejemplo de “fragmentación artificial” de un gran plan eólico, orquestado para eludir los rigores del procedimiento de evaluación ambiental. Según la organización, 'Restelo' está estrechamente relacionado con otros dos proyectos, Monteiro y Pena do Pico, que comparten una línea de evacuación y que, en conjunto, podrían resultar en un fraude de ley, ocultando el verdadero impacto de la obra sobre el entorno.
Asimismo, los ecologistas subrayan que de proceder con la instalación, se encontraría a apenas 5,5 kilómetros de una zona de especial conservación, Ancares-Courel, y a menos de dos kilómetros de una propuesta de ampliación de la Red Natura 2000, específicamente del nuevo lugar de interés comunitario llamado Serra de Foncuberta. Estas distancias suscitan serias inquietudes sobre las repercusiones ecológicas que un proyecto de tal magnitud podría acarrear.
Las instalaciones están proyectadas para estar alineadas en buena parte dentro de la Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón, en una zona de transición que es esencial para la biodiversidad local. La línea de evacuación del proyecto se superpone con la zona tampón de esta área protegida, un hecho que preocupa sobremanera a los defensores del medio ambiente.
Además, la organización destaca que el emplazamiento se encuentra a solo 6 kilómetros al oeste de un área conocida por la presencia de águila real, y sugiere la “posible presencia” de oso pardo cantábrico en la región, especies que, sin duda, se verían afectadas por este tipo de desarrollos industriales. La protección de la fauna y flora local es una prioridad que, según Adega, debería prevalecer sobre las iniciativas que buscan generar electricidad a gran escala sin considerar sus efectos en el entorno natural.
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