En Arzúa, A Coruña, la situación ha tomado un giro preocupante tras la decisión del tribunal de enviar a prisión preventiva a un ciudadano de O Pino, acusado de involucrarse en una serie de incendios forestales. La Guardia Civil fue la encargada de su detención, marcando un hito importante en el combate contra los delitos ambientales en la región.

La magistrada del tribunal consideró necesario esta medida de prisión sin opción a fianza, basándose en el riesgo de que el sospechoso pudiera reincidir en sus acciones delictivas o incluso huir, dada la gravedad de las penas que podría enfrentar por los delitos señalados, que incluyen tanto el incendio forestal como el daño a la propiedad.

La intervención de las autoridades se produjo tras una investigación que se desató tras un fuego en Samil-Castrofeito el 25 de julio. Este evento desencadenó una serie de pesquisas que revelaron un patrón alarmante: tres incendios adicionales ocurrieron en los días 5, 8 y 13 de agosto, generando preocupaciones sobre la seguridad de los habitantes cercanos y el entorno ecológico afectado.

Especialmente crítico fue el incendio del 5 de agosto, el cual, según la valoración de la Guardia Civil, puso en grave riesgo tanto a las personas como a sus propiedades, dado su cercanía a áreas residenciales. Esto subraya la urgencia de abordar la problemática de los incendios en la región.

Finalmente, gracias a un trabajo exhaustivo por parte de las fuerzas del orden, se logró identificar y detener al presunto responsable de estas conflagraciones. Después de su comparecencia en el tribunal, el individuo fue enviado a prisión, marcando un paso significativo en la búsqueda de justicia y protección del medio ambiente en la zona.