En un intenso debate sobre la gestión de la construcción del hospital vigués Álvaro Cunqueiro, la exconselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, ha manifestado contundentemente sus críticas al informe del Consello de Contas, que estima que la Xunta podría haber ahorrado más de 470 millones de euros si hubiera optado por licitar la obra y los servicios de forma separada. Este análisis ha sido calificado por Currás como una "hipótesis imposible" que no refleja la realidad del contexto en el que se llevó a cabo la construcción.
En su intervención en la comisión de contratos del Parlamento de Galicia, Currás destacó que el informe del Consello de Contas carece de validez al partir de una premisa que, según ella, es insostenible. "Este trabajo no es bueno porque se basa en una enmienda a la totalidad; no había margen", criticó, señalando que el cálculo realizado también resulta poco confiable.
A pesar de reconocer la importancia del análisis riguroso de los gastos públicos, la exconselleira subrayó que el informe ignora factores cruciales, como la crisis económica que impidió la consideración de otras alternativas para la construcción del hospital. “Esta infraestructura es un elemento fundamental en el derecho a la salud de las personas", defendió Currás, enfatizando que no había otras opciones viables para gestionar el proyecto de manera distinta.
Currás también cuestionó la simplicidad del informe del Consello de Contas, argumentando que cualquier gestor informado era consciente de las dificultades económicas que enfrentaba España en ese momento. Al respecto, subrayó que cualquier otro modelo de gestión podría haber demorado la disponibilidad del hospital hasta 16 años adicionales.
Manteniendo su respeto por el análisis del gasto, aunque lo calificó de “inútil” al final de su intervención, Fernández Currás elogió el "recorrido impecable" de la Xunta en lo que se refiere a la gestión de las finanzas públicas. Recordó que durante la crisis, Bruselas no otorgó fondos para la consolidación fiscal, en contraposición a los 80.000 millones que se han destinado recientemente a otras áreas.
Ante la incredulidad sobre la existencia de margen en el presupuesto público para la construcción de un hospital, Fernández Currás se cuestionó: "¿Alguien piensa que había margen en cualquier balance público, incluso en un estado?"
Montse Prado, representante del BNG, no tardó en criticar a Currás, acusándola de defender un modelo neoliberal que prioriza lo privado sobre lo público. En un claro reproche, mencionó que Fernández Currás trabaja para "la consultora de Altri", sugiriendo que su objetivo es favorecer una Galicia más expoliada por intereses privados, y reprochó la elección de un modelo de construcción de hospital que beneficiaba a empresas privadas a costa del erario público.
La diputada también hizo hincapié en la conexión de esta decisión con la figura de Luis de Guindos, quien era alto directivo de PriceWaterhouseCoopers en el momento de elaborar un estudio sobre la concesión del Cunqueiro, sugiriendo que intereses corporativos estuvieron en juego desde el inicio.
Desde las filas socialistas, la diputada Elena Espinosa utilizó el "informe demoledor" del Consello de Contas para cuestionar la decisión de no licitar la obra y los servicios de forma separada. Se planteó si el sobrecoste de 470 millones realmente implica un “control real del gasto público” y señaló inconsistencias legales en la ampliación del contrato al Hospital Meixoeiro y al Nicolás Peña.
En contraste, el diputado del PP, Roberto Rodríguez, defendió a Fernández Currás, señalando que su intervención demuestra que “no había alternativa a la colaboración público-privada”. Añadió que la financiación pública era “imposible” y remarcó la importancia del contexto en el que se llevó a cabo la construcción del hospital, al que se hacía front a una "imperiosa necesidad".
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