
En una escalofriante muestra de violencia organizada, dos personas que habían llegado a Vigo con la intención de cerrar un acuerdo comercial se convirtieron en víctimas de un aterrador secuestro que duró tres jornadas.
La ciudad de Santiago de Compostela ha sido testigo de una operación crucial llevada a cabo por la Guardia Civil, conocida como Operación Yaunde, que ha permitido desmantelar una peligrosa banda criminal con base en Vigo, cuyo modus operandi se centraba en secuestros y extorsiones. Esta intervención ha llevado a la detención de cuatro individuos, entre los que se encontraba un líder de nacionalidad portuguesa.
El inicio de esta investigación se remonta al 15 de noviembre, cuando un familiar angustiado de una de las víctimas decidió presentar una denuncia ante la Guardia Civil de Ciempozuelos, informando sobre el secuestro de su ser querido y un compañero, quienes estaban siendo amenazados con la exigencia de un rescate de 500.000 euros para su liberación.
En un giro afortunado, el 16 de noviembre, alrededor de las 19:00 horas, los rehenes lograron ser liberados en las cercanías de la estación de tren de Vigo, donde los agentes de la Guardia Civil los encontraron y les brindaron atención médica, ya que presentaban heridas visibles tras su terrible experiencia.
La valiosa información proporcionada por los rescatados fue clave para que los investigadores comenzaran a ensamblar las piezas del rompecabezas, lo que llevó a la identificación completa de los responsables de este acto criminal.
Se supo que las víctimas habían llegado a Vigo con la intención de cerrar un trato comercial, siendo uno de ellos un intérprete. Sin embargo, su llegada a la ciudad gallega se tornó en pesadilla cuando fueron violentamente abordados y encerrados en maleteros de vehículos, para ser trasladados a un asentamiento marginal cercano, donde sufrieron un brutal ataque y fueron mantenidos en condiciones inhumanas durante la noche, con sus manos, ojos y boca atados con cinta americana.
A lo largo de los tres días que duró el secuestro, los captores impusieron un régimen de terror, trasladando a las víctimas entre varios lugares, incluso cruzando la frontera hacia Portugal, mientras continúan con los intentos de extorsionar a sus familias a cambio de su liberación.
Una vez que los investigadores lograron identificar al líder del grupo, y ante las sospechas de que pudieran estar preparando otro secuestro, se procedió a su arresto el 28 de febrero en Vigo. La investigación continuó hasta poder identificar a todos los miembros de la organización criminal.
Este caso ha sido llevado adelante por las Unidades Orgánicas de Policía Judicial de Madrid y Pontevedra, bajo la supervisión del Juzgado de Instrucción Nº2 de Vigo, así como de la Fiscalía de Vigo, en una clara demostración del compromiso de las autoridades por desarticular actos delictivos de tal magnitud.
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