24h Galicia.

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Santiago brilla en el Día de Galicia y la Ofrenda despierta inquietudes sobre el regreso militar.

Santiago brilla en el Día de Galicia y la Ofrenda despierta inquietudes sobre el regreso militar.

La festividad del Día del Apóstol en Santiago de Compostela, que se celebra cada 25 de julio, ha sido un evento lleno de colorido y significado, pero la ausencia del rey Felipe VI ha dejado a muchos asistentes con un sentimiento de decepción. Mientras la ciudad se preparaba para recibir a cientos de peregrinos y visitantes, la atención se centró en los actos institucionales, que incluyeron un mensaje litúrgico en la emblemática Catedral, un momento que esperaban con ansias tanto locales como turistas.

Desde temprano en la mañana, la Praza do Obradoiro se llenó de curiosos que se agolpaban tras los cordones de seguridad, dispuestos a presenciar el despliegue militar que acompañó los actos. Las tropas, bajo la mirada atenta de un fuerte dispositivo policial, fueron recibidas con vítores y el sonido del himno nacional, provocando aplausos entre algunos de los asistentes.

La presencia militar generó tanto interés que varios espectadores se acercaron a los periodistas para preguntar si volverían a actuar tras la liturgia. Esa misma inquietud se repitió más tarde en la recepción del Ayuntamiento, donde las autoridades fueron recibidas en el Hostal dos Reis Católicos en lugar de la sede habitual, el Pazo de Raxoi, debido a trabajos de rehabilitación.

Sin embargo, la curiosidad del público giró en gran medida hacia la Familia Real, cuya ausencia provocó decepción. Algunos optaron por marcharse al enterarse de que en el interior solo se encontraban autoridades políticas, entre ellas el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. "Con Feijóo ya hay suficientes fotos en A Coruña", comentó una asistente a su marido, aludiendo a la residencia del político en la ciudad gallega.

Ante la falta de miembros de la Casa Real —siendo 2022 el último año en que Felipe VI presenció estos actos— Feijóo se convirtió en el centro de atención. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, actuó como delegado regio, aunque la gente parecía buscar sobre todo la oportunidad de capturar una imagen con el líder opositor.

Una asistente en la recepción se percató de que Rueda, en su rol ceremonial, transcurría solo entre la multitud, cuestionando por qué no contaba con compañía. Al hacerlo, ella también intentaba hacerse una foto rápida en el breve trayecto entre la Catedral y el hostal, donde las autoridades se encontraban reunidas.

Feijóo, por su parte, caminó entre los asistentes, cumpliendo con la tradición de tomarse fotografías. Al salir del Hostal tras la recepción, algunos comenzaron a formar pequeñas colas para inmortalizar el momento. "¡Vamos, niños, una foto con el futuro presidente de España!", exclamó una madre, animando a sus hijos a acercarse al político.

Un momento especialmente animado se vivió cuando un grupo de jóvenes peregrinos, que habían llegado de un pueblo cercano a Madrid, comenzaron a vitorear "Feijóo, Feijóo", transformando la plaza en una especie de campo de animación, mientras se tomaban selfies y grababan vídeos con el líder popular.

Aunque las voces de descontento fueron menos numerosas, hubo quien no dudó en expresar su opinión: "¡A casa, Feijóo!", gritó una mujer al abandonarlo, a lo que él respondió con desenvoltura: "¡Ahora me voy!"

Como es habitual, las tropas militares iniciaron su paso por la rúa de San Francisco en punto, dirigiéndose hacia la emblemática plaza. Las autoridades se alinearon para posar frente al Pazo de Raxoi, donde esperaron su turno para comenzar las ceremonias, que empezaron antes de las 10:00 horas.

Entre las figuras presentes en los soportales del Pazo estaban conselleiros, parlamentarios y otros líderes, aunque los representantes del gobierno local, formado por BNG y Compostela Aberta, evitando participar en el acto litúrgico debido a su posición política.

A su llegada, el presidente de la Xunta se situó en el centro del escenario, junto a destacadas figuras políticas, como Alberto Núñez Feijóo y otros altos cargos. Luego de inspeccionar la formación militar, se trasladó hacia los soportales de Raxoi, donde las autoridades que lo acompañaban también hicieron su entrada en la Catedral para el servicio religioso. El grupo emergió alrededor de las 12:00, desplazándose nuevamente hacia el Hostal en un desfile inverso.

En un gesto que refleja el orgullo por la cultura local, la regidora compostelana eligió un atuendo que destaca la artesanía de la región para conmemorar el Día Nacional de Galicia. La vestimenta, diseñada por De Cotío, fusionó elementos tradicionales con un toque moderno, utilizando tejidos característicos y colores típicos de la tradición gallega.

Con un pantalón inspirado en las faldas de paño y una chaqueta decorada tradicionalmente, la regidora completó su look con una 'faldriqueira' bordada, que le permitió llevar sus pertenencias de manera estilosa y única. También hizo alarde de joyería local, como un sapo de plata y azabache, resaltando, una vez más, el orgullo por lo autóctono.

Mientras tanto, la zona histórica de la ciudad resonaba con la alegría de miles de personas, animadas por paradas de gigantes y cabezudos. Por su parte, las fuerzas nacionalistas, lideradas por Ana Pontón, llevaban a cabo su tradicional manifestación, que culminó en la cercana Praza da Quintana, sumando un matiz de diversidad y dinamismo al evento que conmemora la identidad gallega en su máxima expresión.