
En Santiago de Compostela, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha desestimado cualquier conexión con las declaraciones del arzobispo de la ciudad, Francisco José Prieto. Durante la tradicional Ofrenda del Apóstol, el arzobispo calificó de "inaceptable" el uso político que se hace de los migrantes y refugiados. Rueda, en un intento de distanciarse, comentó que ambos compartían posturas similares, pero con diferentes enfoques.
En una conferencia de prensa posterior a la reunión del Consello, Rueda enfatizó que ha abogado por mucho tiempo que los migrantes son, ante todo, personas que llegan a Galicia buscando nuevas oportunidades para ellos y sus familias. Este reconocimiento es esencial para poder abordar el fenómeno migratorio con respeto y dignidad.
El presidente de la Xunta abogó por la necesidad de establecer un marco organizado que facilite la integración de los migrantes, advirtiendo que es crucial evitar las improvisaciones y la utilización de la migración como un recurso político. Hizo hincapié, en particular, en la situación de los menores no acompañados, denunciando que el Gobierno parece intentar "imponer un trágala" y criticando la disparidad en la distribución de estos jóvenes, donde Galicia recibe más de 300 y Cataluña ninguno.
Rueda manifestó su preocupación por esta situación, señalando que tal manejo de la migración representa una verdadera "utilización política". Sostuvo que el Gobierno trata a estos migrantes como "pura mercancía", lo que va en detrimento de la dignidad humana y la responsabilidad social.
Al abordar las soluciones que propone la Xunta, Rueda subrayó la importancia de implementar un control en las fronteras para evitar un "efecto llamada", que a su juicio benefician únicamente a las mafias dedicadas al tráfico de personas. Insistió en que es necesario regular la inmigración de manera ordenada, de modo que los migrantes sean atendidos con la humanidad que merecen, al mismo tiempo que se cubren las vacantes de empleo en Galicia.
El presidente afirmó que esta postura es la más razonable y debe desvincularse de la contienda política. Si las palabras del arzobispo apuntaban a esta dirección, aseguró estar completamente de acuerdo con él.
En cuanto a la petición de la Xunta al Gobierno para obtener competencias relacionadas con la aprobación de permisos de trabajo, Rueda indicó que la solicitud se había enviado recientemente y expresó su preocupación sobre la falta de avances en este tema. "Si a la vuelta de agosto no tenemos novedades, empezaría a preocuparme", comentó.
Rueda manifestó su deseo de que, a partir de septiembre, el Gobierno central reconozca la relevancia de esta solicitud, asegurando que una regulación de la inmigración ordenada57 es beneficiosa para todos los sectores implicados. Se mostró dispuesto a explicar esta necesidad al representante que el Ejecutivo designe para tratar el asunto.
Concluyó señalando que, aunque han pasado ya varias semanas sin respuesta, tiene la esperanza de que desde septiembre se pueda abordar este tema con la seriedad que merece, comparando la situación con la del País Vasco, que ha manejado estas competencias sin mayores inconvenientes.
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