En un caso que ha conmocionado a la comunidad de Ourense, un tribunal popular ha declarado culpable, por unanimidad, a un acusado en relación al asesinato ocurrido en Velle, así como a un intento de asesinato. El jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, deliberó por menos de doce horas antes de llegar a un veredicto que ha captado la atención de la sociedad local y más allá.
La portavoz del tribunal ha compartido que el veredicto se alinea con la acusación de la Fiscalía, que solicitaba una pena de 24 años de prisión. Sin embargo, se ha considerado el diagnóstico de esquizofrenia paranoide del acusado como un atenuante, aunque el tribunal concluyó que él “sabía lo que hacía” en el momento del crimen.
En el transcurso de la audiencia, la representante de la Fiscalía ha decidido ajustar su petición inicial, manteniendo los 17 años de cárcel para el asesinato, y aumentando la pena por la tentativa de asesinato del único sobreviviente del ataque de 7 a 7 años y 6 meses de prisión, debido a la gravedad de sus heridas.
La narrativa del veredicto detalla cómo el acusado abandonó su hogar con el objetivo premeditado de acabar con la vida de su primo y su pareja. Armado con un cuchillo, mintió a su madre sobre su intención al decirle que iba a matar conejos, y luego exigió a su primo que abriera la puerta de su residencia, lanzándose sobre él con el arma en mano y profiriendo amenazas de muerte.
En el clímax de la violencia, la joven pareja intentó interceder, rogando al acusado que cesara la agresión, afirmando que su primo ya estaba muerto. No obstante, el agresor continuó atacándola, asestándole múltiples puñaladas en el cuello y el tórax, lo que llevó a su fallecimiento como consecuencia de una hemorragia severa.
El jurado también corroboró que, tras la brutal agresión, el acusado se deshizo del arma arrojándola en un área cercana antes de regresar a su hogar. Actuando con frialdad, desactivó la alarma de seguridad y se justificó ante su madre antes de cambiarse y acostarse. Mientras tanto, la víctima sobreviviente, herido, logró comunicarse con su padre e incluso escribió el nombre del agresor con su propia sangre en el suelo, en un acto desesperado por dejar constancia de lo sucedido.
La evidencia presentada en el juicio, incluida la declaración del sobreviviente, fue crucial para que el jurado formara su opinión sobre los hechos que ocurrieron esa noche. La rapidez de los eventos y el contexto en el que ocurrieron ayudaron a esclarecer el accionar del acusado.
El jurado determinó que, a pesar de su condición de salud mental, el acusado tenía plena conciencia de sus acciones y de las repercusiones de estas. Los forenses que testificaron confirmaron que, aunque su capacidad de comprensión estaba parcialmente limitada, el acusado aún podía reconocer la naturaleza de sus actos.
A pesar de la evaluación de su estado mental, el tribunal descarta la idea de que el agresor actuó con ensañamiento, un argumento sostenido por las acusaciones particulares que representan a la familia de la víctima fallecida y al sobreviviente. Con una votación de ocho a uno, el jurado consideró que no se probó este aspecto.
El tribunal se mostró reacio a apoyar cualquier posible solicitud de indulto o suspensión de la pena, manteniendo firme su postura en relación a los hechos ocurridos. En la fase posterior al veredicto, la Fiscalía fue capaz de incrementar su pedido de pena, mientras que las acusaciones particulares continuaron con sus demandas; la familia de la joven víctima exige 20 años de prisión, seguidos de 10 años de libertad vigilada, mientras que el representante del sobreviviente solicita 15 años por la tentativa de asesinato.
Por su parte, la defensa ha argumentado que corresponde aplicar las penas mínimas debido a la condición mental del acusado. Así concluye el juicio, que ahora espera una sentencia definitiva que refleje la complejidad del caso y las circunstancias que lo rodean.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.