Sistema Viogén: cinco niveles de riesgo y atención personalizada protegen a 5.746 mujeres en Galicia.
Un grupo de expertos ha expresado su apoyo a la relevancia del Sistema Viogén, resaltando que aunque pueda haber "algún fallo puntual", su implementación es esencial y, sobre todo, recuerdan que solo puede ser activado en caso de que exista una denuncia.
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 24 Nov.
De acuerdo con las estadísticas más recientes, a finales de octubre, Galicia cuenta con 5.746 casos activos bajo el Sistema Viogén. De estos, 2.631 pertenecen a la provincia de A Coruña, 1.754 a Pontevedra, 802 a Lugo y 559 a Ourense. Estos números reflejan un panorama complejo en la lucha contra la violencia de género en la región.
Los datos detallan que 60 de estos casos están clasificados con un alto nivel de riesgo, 937 con riesgo medio, 2.685 bajo y 2.064 se encuentran en una situación de "no apreciado". Es relevante señalar que, a diferencia de otras partes de España, actualmente no hay casos catalogados como de riesgo 'extremo' en Galicia, mientras que a nivel nacional hay 31 tales casos identificados. De todos los casos activos, 42 involucran a víctimas que son menores de edad.
Desde su creación en 2007, el Sistema Viogén ha estado en funcionamiento durante 17 años, tiempo en el cual ha supervisado más de 817.000 casos de violencia de género en todo el país, incluyendo 45.329 que corresponden a Galicia. Este sistema, que busca proteger a las víctimas y prevenir la violencia, ha sido objeto de un intenso debate en tiempos recientes debido a asesinatos de mujeres que estaban bajo su supervisión, manifestando la urgencia de su perfeccionamiento.
Las últimas reformas han puesto sobre la mesa la necesidad de revisar ciertos aspectos, como la inactivación de casos que no presentan riesgo, así como mejorar la precisión en la valoración del riesgo para ofrecer un sistema más seguro y efectivo. La magistrada Sonia Rey Salgueiro, del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de A Coruña, ha defendido vehementemente la funcionalidad del sistema, afirmando que es vital transmitir a las víctimas que no deben temer al momento de denunciar, independientemente de los fallos que se hayan identificado.
Rey Salgueiro destaca que, a pesar de los errores que puedan aparecer, el Sistema Viogén ha proporcionado protección y apoyo a un sinnúmero de mujeres desde su implementación. Sin embargo, enfatiza que el funcionamiento del sistema depende fundamentalmente de la existencia de una denuncia, ya que no se puede actuar sin este paso fundamental.
La magistrada subraya la importancia de los testimonios de familiares, vecinos y agentes de policía en situaciones donde la víctima puede optar por no continuar con la denuncia, ya que la intervención requiere indicios de que se ha producido un delito para asegurar la protección adecuada. Esta cuestión es esencial para entender cómo el sistema se aplica en situaciones de riesgo.
El método para evaluar el riesgo es una pieza central del sistema, que se sostiene en un riguroso formulario de valoración que toma en cuenta diversas variables, incluyendo la relación entre la víctima y el agresor, la situación económica de la víctima, los antecedentes del agresor y el contexto familiar y social. Estos datos alimentan una evaluación que define el nivel de riesgo de cada caso, que puede clasificarse como 'no apreciado', 'bajo', 'intermedio', 'alto' o 'extremo'. Es importante señalar que, aunque los agentes pueden modificar estos niveles, solo pueden aumentar la clasificación del riesgo, y esta revisión debe realizarse de forma periódica.
Los casos clasificados como 'bajo', 'medio', 'alto' o 'extremo' se mantienen 'activos', a menos que ocurran circunstancias que alteren la situación, como el encarcelamiento del agresor. Si se define un caso como 'no apreciado', los agentes tienen la facultad de considerar estos casos como 'inactivos' solo en ausencia de medidas judiciales vigentes. Cada nivel de riesgo implica diferentes medidas de protección, tanto policiales como judiciales, asegurando que las víctimas tengan acceso a un plan de protección individualizado.
En el protocolo establecido por el Ministerio del Interior, se establecen diferentes acciones y recursos en función del nivel de riesgo. En el nivel 'no apreciado', se informa a la víctima sobre sus derechos y sobre recursos de autoprotección. En el nivel 'bajo', se le proporciona acceso a teléfonos de contacto 24 horas con efectivos de seguridad y atención a sus necesidades, además de la derivación a servicios asistenciales.
Cuando se determina un nivel de riesgo 'medio', los agentes deben llevar a cabo una vigilancia periódica del hogar y el lugar de trabajo de la víctima, asegurándose también de que el agresor cumpla con las medidas impuestas. Si el riesgo es 'alto', la vigilancia aumenta en frecuencia y se enfatiza la necesidad de que la víctima considere la posibilidad de mudarse a un refugio seguro. Finalmente, en el nivel 'extremo', se establecen medidas de vigilancia las 24 horas y control exhaustivo sobre los movimientos del agresor y la seguridad de los menores.
Cada víctima cuenta con un plan de seguridad que se ajusta a su situación particular, con medidas que varían de acuerdo al nivel de riesgo identificado. Desde consejos básicos como mantener un teléfono móvil a la mano y tener a la vista números de emergencia, hasta recomendaciones más complejas que involucran la creación de rutas de escape en situaciones críticas.
El protocolo también se preocupa por la seguridad de los hijos en caso de que la víctima tenga menores, instruyéndolos sobre cómo contactar a la policía y proporcionándoles lugares seguros a los que acudir en escenarios de violencia. Así, el Sistema Viogén no solo se convierte en una herramienta fundamental para la protección de las mujeres, sino que también busca asegurar la integridad de toda la unidad familiar.
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