Los desafíos diarios de los informadores turísticos en Santiago: de orientadores a filántropos

Un par de jóvenes gallegos de 21 años, Hugo Caamaño y Patricia Parafita, han comenzado a patrullar las calles de Santiago con la intención de fomentar una convivencia armónica en la ciudad. Aunque se les confunde a menudo con trabajadores de una ONG debido a su chaleco blanco, su labor como informadores es vital para sensibilizar sobre un turismo respetuoso.

Durante una demostración en la Praza de Cervantes, los informadores explicaron que, a pesar de la amabilidad de la gente, a menudo se enfrentan a situaciones difíciles al acercarse a grupos de turistas. Su objetivo es concienciar sobre comportamientos incívicos y fomentar una convivencia pacífica en la ciudad.

A través de encuestas y presentaciones en tablets, Hugo y Patricia procuran aconsejar a los turistas sobre lugares menos conocidos de Santiago y evitar la centralización turística en la zona antigua. A pesar de las dificultades para abordar a los grupos más ruidosos, los informadores han destacado la importancia de su labor para garantizar una visita respetuosa y enriquecedora.

Además de recomendar lugares de interés, los informadores están equipados con un sonómetro para concienciar a los visitantes sobre el ruido que generan. A pesar de las reticencias iniciales, la mayoría de los turistas acogen positivamente las recomendaciones y comprenden la importancia de un turismo sostenible.

Hugo y Patricia han enfatizado que su enfoque es siempre amable y educativo, sin recriminaciones. Su labor como informadores técnicos superiores en Guía, información y asistencias turísticas ha sido fundamental para promover una convivencia armoniosa en Santiago.