El informe policial confirma la imposibilidad de acceder a los datos del celular de Déborah Fernández Cervera.
VIGO, 30 Ene. - El juzgado de instrucción 2 de Tui (Pontevedra) ha recibido el informe pericial del teléfono móvil de Déborah Fernández Cervera y, lamentablemente, confirma lo que se temía, que no es posible obtener información sobre contactos, llamadas o mensajes de ese dispositivo.
El teléfono de Déborah estuvo desaparecido durante casi 20 años y, de manera casual, fue encontrado en septiembre de 2022 durante unas obras en instalaciones policiales de Madrid. Sin embargo, el móvil fue hallado sin tarjeta SIM.
Los peritos de Lazarus Tecnologies ya habían advertido en su momento sobre las dificultades de obtener información válida sin la tarjeta SIM, considerando las características del teléfono.
Los peritos policiales han corroborado esta dificultad en su informe, firmado en septiembre de 2023, pero que no fue entregado al juzgado hasta hace un par de semanas. Esto ha generado "indignación" en la familia de Déborah, además del hecho de que el informe policial consta de "solo nueve líneas, y sin dar explicaciones sobre las acciones realizadas".
Los abogados de la familia han recordado que estas comprobaciones por parte de la Policía se llevaron a cabo sin permitir la presencia de los peritos de las partes.
Por otro lado, el juzgado ha confirmado que se realizarán nuevas pruebas de ADN al único sospechoso en este caso, el exnovio de la chica. Sin embargo, la familia ha explicado que, una vez más, el procedimiento se realizará sin permitir la presencia de sus abogados.
En su momento, la familia solicitó esta prueba, ya que la obtención de ADN realizada en 2002 "fue irregular, ya que no había pruebas concretas que lo vincularan". Además, en 2010 se tomó otra muestra que o bien no fue enviada al Instituto Nacional de Toxicología o bien el resultado no fue adjuntado al caso, ya que no aparece en los registros.
La familia, en cualquier caso, solicitó renunciar a esta diligencia (algo que el juzgado no aceptó), argumentando que no habrá coincidencia con el ADN encontrado en el semen que Déborah tenía en su cuerpo, colocado "post mortem" y en el pañuelo encontrado junto al cadáver. Los abogados han enfatizado que, en su opinión, el semen fue colocado para confundir como una prueba de descargo.
En los últimos días, el juzgado decidió prorrogar la instrucción por otros 6 meses, específicamente para llevar a cabo estas diligencias pendientes. Sin embargo, la familia ha reiterado su petición de archivar el caso, tras décadas de "maltrato" por parte del sistema judicial.
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