Un informe elaborado por el Consello da Cultura Galega (CCG) revela que Galicia está experimentando una transformación en su paisaje debido al monocultivo, lo que ha llevado a la "pérdida de biodiversidad" y la "uniformización". El informe destaca la necesidad urgente de implementar medidas de restauración ambiental y de hábitats para contrarrestar este fenómeno.
El estudio, titulado 'Impacto no patrimonio natural e cultural dos cultivos forestais con especies de crecemento rápido' y coordinado por Rebeca Blanco-Rotea, analiza los efectos del eucalipto en el patrimonio natural y cultural de Galicia. En la última década, la superficie de eucalipto ha aumentado en 53.000 hectáreas, ocupando ahora el 50% de esa zona que antes estaba cubierta por pinos y un 40% de áreas donde no había bosques.
Entre los impactos ambientales de las plantaciones de eucalipto se encuentran cambios en el régimen hidrológico, consecuencias para la fertilidad del suelo, riesgo de invasión de parcelas adyacentes y pérdida de bosques autóctonos, especialmente los de ribera y robledales.
El eucalipto ocupa actualmente casi 1,5 millones de hectáreas en Galicia y Portugal, en contraste con las aproximadamente 100.000 hectáreas presentes en el resto de países europeos en su conjunto.
El informe advierte que la gestión forestal se basa en la "productividad" que prioriza la cantidad sobre la calidad, y esto resulta en la "destrucción" de la biodiversidad, que es un símbolo de la identidad gallega. Por lo tanto, se considera necesario estudiar la antigüedad de los paisajes en las montañas gallegas.
Teresa Nieto, responsable de coordinación técnica del informe, señala que la forestación de eucalipto no es uniforme en toda la comunidad, sino que hay una mayor concentración en la zona norte costera, y la introducción de la variedad 'nitens' ha llevado a una mayor expansión.
La elaboración de este estudio ha sido un proceso complejo que ha durado dos años, con la participación de un equipo multidisciplinario a raíz de diversas solicitudes de organizaciones sociales y vecinales.
En conferencia de prensa, Rebeca Blanco-Rotea destaca la importancia de este informe, que ha sido elaborado minuciosamente, y espera que las autoridades, que tienen capacidad de gobierno a diferentes niveles, tomen nota de esta situación.
El informe revela una pérdida tangible e intangible de elementos que componen el paisaje gallego, debido a la falta endémica de planificación y ordenamiento territorial, donde los valores culturales y sociales son marginados.
El CCG también critica la falta de desarrollo de instrumentos contemplados en la legislación gallega. Por ejemplo, desde 2011 se ha incumplido la obligación de elaborar un mapa de suelos agropecuarios y forestales de Galicia, y el plan forestal para 2030 incluye planes de ordenación de recursos forestales.
Además, la ampliación de la Red Natura está paralizada desde 2011, y se advierte que la protección de las zonas reconocidas no es eficaz porque no se aplica la normativa de manera rigurosa y se están propagando especies no autóctonas en estas áreas sin medidas de recuperación.
Teresa Nieto destaca que se solicita una evaluación ambiental para plantaciones de más de 10 hectáreas en áreas protegidas y más de 50 hectáreas en otras áreas, pero en Galicia la media actual es de 0,25 hectáreas, lo que significa que la gran mayoría no está sujeta a evaluación ambiental.
También se señala que con cada nueva legislación se parte de cero, lo que significa que los problemas acumulados no se corrigen y no se analiza cómo se llegó a esa situación. Rebeca Blanco-Rotea identifica esto como una actitud reactiva y cierta pasividad.
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