
En el corazón de Galicia, la provincia de Ourense se erige como el epicentro de una devastadora oleada de incendios forestales, con más de 122.000 hectáreas arrasadas hasta ahora en agosto. Este evento trágico no solo refleja la fragilidad del ecosistema, sino que destaca la creciente urgencia de abordar la crisis climática en una región que ya ha visto demasiados desastres naturales.
Datos recientes del European Forest Fire Information System (EFFIS) indican que, a nivel europeo, los incendios han calcinado más de 125.000 hectáreas en Galicia durante este mes, contribuyendo a un alarmante total de más de 300.000 hectáreas en toda España. Esta situación es un recordatorio contundente de cómo los fenómenos climáticos extremos están afectando nuestras tierras y su biodiversidad.
La comunidad gallega ha sido golpeada por múltiples incendios en las últimas semanas, siendo Ourense la más afectada. Otros puntos de Galicia, como Pontevedra y A Coruña, también han sufrido daños significativos, pero en menor escala, con alrededor de 1.300 y 1.163 hectáreas quemadas respectivamente. Por su parte, Lugo ha experimentado pérdidas de algo más de 600 hectáreas.
En un panorama más amplio, este año España ha visto arder casi 350.000 hectáreas en total, con un aumento dramático desde el 7 de agosto. Si este ritmo continúa, 2025 podría convertirse en el año con más superficie quemada en la última década, superando incluso el trágico 2022, cuando más de 200.000 hectáreas fueron consumidas por las llamas.
La ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha informado que hasta el 10 de agosto se contabilizaban aproximadamente 138.000 hectáreas quemadas. Sin embargo, advirtió que estos números estarán sujetos a una revisión a la alza, ya que no incluyen las áreas afectadas por incendios aún activos a lo largo y ancho de España.
En el Día Internacional de la Prevención de Incendios Forestales, la organización ecologista Amigas da Terra ha emitido un llamado urgente, cuestionando las cifras proporcionadas oficialmente por la Xunta. Según sus estimaciones, más de 124.000 hectáreas han sido devoradas por las llamas en agosto, una cifra que contrasta notablemente con las declaraciones oficiales que apenas reconocen 63.000 hectáreas.
Amigas da Terra ha expresado su preocupación ante la falta de atención a áreas forestales que, en su opinión, han sido “abandonadas a su suerte”. La organización critica lo que consideran más de cuatro décadas de ineficacia en la política forestal de la región, subrayando la necesidad urgente de una reevaluación de las estrategias de gestión ambiental y de prevención de incendios.
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