Un testigo clave en el caso del asesinato de Samuel Luiz ha ofrecido detalles inquietantes durante el juicio que se lleva a cabo en la Audiencia Provincial de A Coruña. Este joven, parte del círculo de amigos de Diego M.M., quien es señalado por las acusaciones como el presunto iniciador de la agresión, reveló que su amigo le confesó haberse “enfadado” con la víctima.
Según el testimonio del testigo, Diego le comunicó al día siguiente del crimen que había propinado un puñetazo a Samuel, aunque insistió en que no fue él quien causó la muerte. Esta declaración se produce en el contexto de una noche marcada por tensiones y violencia, ocurrida en la madrugada del 3 de julio de 2021, en el paseo marítimo de A Coruña.
El testigo describió lo que presenció aquella noche, explicando que observó una “discusión” que parecía escalar hacia una pelea, lo que le llevó a alejarse de la situación. “Como había un follón, me voy”, admitió, dejando claro que su intención era evitar involucrarse en conflictos ajenos. Además, mencionó que decidió ponerse la capucha de su abrigo para no ser reconocido y que no vio a Samuel tirado en el suelo, aunque si lo hubiera hecho, aseguró que habría tratado de intervenir para separarlos.
Este joven francés, residente en España desde hace aproximadamente nueve años y capaz de testificar en español, reconoció estar ligado amistosamente a Diego M.M. y a otro implicado, Alejandro M.R., quien, согласно a relatos de la policía, acompañó a Diego durante la agresión, a pesar de que no se le vio participar activamente en la misma.
“A los demás los conozco, pero menos que a los otros”, aseguró el testigo en referencia a otros implicados en el caso, como Catherine S.B., quien supuestamente apartó a la amiga de Samuel cuando intentaba ayudarlo, y Alejandro F.G., quien, según testimonios, habría sujetado a la víctima por el cuello. También mencionó a Kaio A.S.C., señalado por algunos testigos como el individuo que lanzó una patada en medio de la contienda.
Las autoridades han vinculado a este último con el robo del teléfono móvil de Samuel, lo que ha llevado a que se le pida una severa condena de 27 años de prisión por asesinato y robo con violencia. Las otras acusaciones se enfrentan a penas que varían entre 22 y 25 años, lo que refleja la gravedad del caso y el clamor por justicia.
Respecto a los eventos de esa noche, el testigo mencionó que todo el grupo había consumido alcohol, añadiendo un contexto más complicado a la situación. Recordó haber escuchado gritos de una chica mientras se encontraban afuera de un local de ocio, pero aclaró que se hallaba a varios metros de la escena y no pudo observar los golpes ni la violencia que se desató. “Cuando me acerqué, ya había pasado, todo el mundo estaba más adelante”, explicó, indicando que unas 15 o 20 personas estaban presentes en el lugar.
Finalmente, relató que había gritos y peleas, y aunque vio cómo Alejandro M.R. se acercó al tumulto, no presenció que este agrediera a alguien. En relación a los demás, también mencionó a Diego, Kaio y Catherine en este contexto de riña, pero se reafirmó en que no los vio participar activamente en la pelea.
Al cruzar la calzada, el testigo se encontró de nuevo con Alejandro M.R. y afirmó que tras los incidentes, sus amigos y él se dispersaron, reuniéndose más tarde en el parque Europa. Allí, recordó que Kaio le mostró un teléfono que tenía y que quería venderle, aunque no le interesó adquirirlo.
Durante su testimonio, el joven no dudó en señalar que, al salir con Diego y sus amigos, frecuentemente había “movidas”, atribuyendo parte de los conflictos a celos y desavenencias dentro del grupo. Rechazó cualquier insinuación de que Diego hubiera estado involucrado en una pelea o que hubiera proferido insultos homofóbicos durante su tiempo juntos.
En una última precisión, mencionó que en San Diego se dialogó sobre una "pelea entre ellos", aunque no se comprometió a especificar quiénes eran los implicados ni los responsables de tales afirmaciones. De hecho, negó que Diego hubiera realizado comentarios despectivos hacia el colectivo homosexual, a pesar de que se ha planteado una posible agravante de discriminación por la orientación sexual de Samuel en el juicio.
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